Pocos aragoneses se oponen a que nuestra Comunidad trate de ocupar un espacio relevante en el mundo de cara a mejorar nuestra calidad de vida en todos los dominios. Para lograrlo hay que generar múltiples sinergias, luego también Expos o Juegos Olímpicos de la nieve, que pueden contribuir a promocionar decisivamente Aragón allende nuestras fronteras. Sin embargo, este tipo de actuaciones exige análisis sosegados, olfato para dar con la ocasión adecuada y finas estrategias de futuro. Volver a auspiciar un Jaca-2014 parece un error garrafal que nos costará mucho dinero y está llamado al fracaso. Por razones internas (malas infraestructuras viarias, instalaciones en algunos casos obsoletas, carencia de pistas y espacios para diversas competiciones, etc.) y externas (Madrid, cabeza de león aspira a convertirse en sede olímpica y Jaca --Aragón-- es cola de ratón. La batalla de las prioridades y de los apoyos está perdida de antemano). Acaso resultaría más prudente olvidarse del 2014 y, con visión de futuro, ir creando las condiciones necesarias para optar con éxito a los juegos de 2018. En otro sentido, porque se está trabajando bien y con mayores expectativas ( aunque será muy difícil), es necesario apoyar la Expo-2008, aunque sería necesario limar asperezas derivadas de las lecturas interesadas y los mensajes subliminares que desprende el eslogan "ZH2O". ¿Es Zaragoza la ciudad del agua? Si lo es y la hay en abundancia, padre Ebro, ¿por qué no al trasvase de excedentes?, ¿por qué tanta insolidaridad? Lectura retorcida, está calando en muchos lugares.

*Profesor de Universidad