El mes de agosto afecta por igual a pacientes y a enfermos, y por esta razón las operaciones en los hospitales aragoneses se han reducido un 60% este mes. No es que hayan desaparecido las listas de espera, que no, es que los médicos reducen su actividad por las vacaciones y la mayoría de los pacientes programados hacen otro tanto, bien porque no quieren alterar su programa de descanso, bien porque en estas fechas no tienen un familiar cercano que se haga cargo de ellos. La disminución de la actividad quirúrgica está más que justificada por los sindicatos, que no consideran relevante este parón veraniego. Más problemas están teniendo en Calatayud, donde el Ayuntamiento, mediante fax urgente, ha reclamado a la consejera Luisa María Noeno que afronte la falta de médicos en el Servicio de Urgencias del hospital. Desde el momento que el propio centro ha pedido refuerzos a los equipos de Primaria, parece que la asistencia no está del todo garantizada.