Si los expertos anuncian disponer de evidencias sobre el riesgo sísmico en los terrenos elegidos para la instalación del nuevo hospital de Teruel, lo prudente es frenar su desarrollo. No cabe otra, ni es necesario jugar a la ruleta de las probabilidades. En todos los edificios, pero más en uno de esta índole, hay que extremar las precauciones ante los siniestros posibles. No será difícil encontrar alternativas seguras, como proponen desde la consejería. Ahora bien, que se haya conocido la resolución a dos días de la colocación de la primera piedra no es el mejor síntoma de planificación sanitaria.