El 61.5% de la deuda del Zaragoza, unos 43,659 millones, está ordenada entre los créditos privilegiados especiales, a las instituciones públicas y bancos, que suponen 18,849, los privilegiados generales, en su gran mayoría a exjugadores y exempleados anteriores al concurso de acreedores, que implican poco más de 70.000 euros, los acreedores ordinarios, que alcanzan los 24,736 millones y por los que el club ha solicitado a la jueza del Juzgado de lo Mercantil número 2 otra modificación del convenio para ampliar su pago desde el 2025 hasta el 2030 y suspenderlos en caso de descenso a Segunda B, y los 3,706 millones de créditos subordinados, que el club tendrá que abonar cuando acabe de pagar los ordinarios y en ocho años desde ese momento.

Hacienda, bancos y DGA

Entre los créditos privilegiados especiales, la llamada deuda histórica con Hacienda ocupa el lugar destacado. Asciende ahora a 10,763 millones y hay que acabar de pagarla en el 2023. El club, tras firmar en el 2015 el convenio, llegó a un acuerdo en junio del 2017 por tres años que reducía la cantidad a abonar en Segunda a 1,2 millones, algo que finalizó el verano pasado, por lo que en esta temporada vuelve a tener que abonar en torno a 3,7 millones más los intereses. De ahí que el club trabaje desde hace meses en un acuerdo con la AEAT para reducir esa cantidad, pacto que aún no ha llegado. Mientras, la SAD tiene, desde antes de la llegada de la actual propiedad, un préstamo de Ibercaja que ahora mismo está en 5,7 millones y otro de la Caja Rural de 1,9 que va pagando anualmente. Los créditos privilegiados especiales se completan con los 485.911 euros que se le adeudan a la Diputación General de Aragón.

Los créditos privilegiados generales están casi liquidados. Pertenecen a cifras de acreedores ordinarios del concurso que tuvieron una consideración especial por venir, por ejemplo, derivadas de nóminas. Son en su mayoría de exjugadores y extécnicos, aunque aún quedan cantidades pendientes de Pablo de Barros (20.175 euros), Peter Luccin (11,545), Obradovic (15.730), Sinama Pongolle (12.877) o Pinter (8.647), por citar las cantidades mayores en ese apartado.

El Shakhtar, el mayor ordinario

Las deudas ordinarias, de las que de momento solo se han abonado dos anualidades de 1,36 y 1,67 millones, suspendiéndose el pago de julio del 2020 de 2,4, que quedó prorrateado hasta el 2025, suponen la losa más importante, ya que partían de 27,2, el 40% que se abona del total de 68 millones. El club necesita que la jueza admita a trámite la solicitud de la modificación y el 50% de las adhesiones de los acreedores para sacar adelante el cambio. Si eso sucede y sigue en Segunda, pagaría de forma lineal 2,4 millones anuales hasta el 2030, si sube a Primera un 20% adicional cada año mientras siga en la élite y si baja a Segunda B se suspende ese pago por un máximo de 5 temporadas.

No lo va a tener fácil para obtener esa mayoría, porque solo el Shakhtar Donetsk acumula 4,41 millones, en torno al 18%, y el Milan, 2,2 millones (8,9%). Ambos clubs ya se opusieron a la suspensión del tercer pago. Entre los cerca de 300 acreedores destacan los 1,2 millones que se le adeuda a Fabián Ayala, los 714.1663 euros a la agencia Promoesport, los 592.000 euros al Deportivo, los 440.000 al Nápoles, los 760.000 al Getafe, los 422.816 a LaLiga, los 258.620 al Valencia, los 176.000 euros al Betis o hasta 398.640 al Wolfsburgo y 700.000 euros al Partizan. Hay muchos más exjugadores, pero entre los que más se les adeuda están Gabi (434.256 euros), Uche (394.378), Diogo (361.516), Babic (338.575), Lafita (301.392), Ponzio (298.483), Songo’o (277.737) o Edmilson (266.460).

Los subordinados

Los créditos subordinados son los que derivan de los ordinarios o de sociedades de Agapito, que renunció a cobrarlos, de intereses o derivados de sanciones. El mayor de ellos corresponde a la DGA, de 1,362 millones, y después están el Shakhtar, al que se le metió una parte en ordinario y otra en subordinado, con 935.068 e Ibercaja con 524.352 euros, entre otros.