Ni con el colista puede el gris y casi negro Zaragoza de Rubén Baraja. El Sabadell se llevó un punto (0-0) de La Romareda, pero bien pudo llevarse los tres, algo que evitaron Cristian Álvarez y el palo. Un comienzo con brío fue un espejismo total, porque el equipo zaragocista se diluyó en cuanto el Sabadell, que solo sabía perder, se asentó y Stoichkov se hizo el amo del partido. La segunda parte aún aumentó la sensación de tragedia, con el colista sometiendo a un Zaragoza paupérrimo y desordenado en ataque y con los cambios aumentando la confusión de un equipo demasiado desnortado.

El estado de alarma, tras un punto de los últimos nueve, es ya sin duda absoluto. Al Zaragoza no le sostienen los resultados, por mucho que mire a esos dos partidos que le restan por jugar, y mucho menos el desastroso fútbol. Al Sabadell le bastó con ordenarse un poco y minimizar riesgos para anular a un bloque al que le cuesta un mundo generar fútbol a poco que el enemigo tenga algo de consistencia. En este caso, ni al colista y recién ascendido.

Con la presencia de la lluvia casi todo el partido y con la idea de generar más fútbol de ataque probó Baraja con Bermejo como pareja de Vuckic y acostó a Narváez en la izquierda para que Larrazabal entrara por la derecha, mientras que Jannick era la pareja de Eguaras en la medular y el Zaragoza, de salida, se mostró más vivo y con más energía ante un Sabadell que, con su esquema de tres centrales y dos carrileros y la libertad de movimientos arriba para Stoichkov y Juan Hernández para intentar enlazar con Guruzeta, saltó al campo asumiendo muchos riesgos en la salida del balón desde atrás. La Masía pesa en Antonio Hidalgo, su técnico, y eso propició desajustes con el esférico que la presión alta del Zaragoza aprovechó bien. Una volea de Larrazabal tapada por Coch tras centro de Tejero y dejada de Vuckic y un disparo del exrojiblanco al larguero en otro centro del lateral anunciaban otro fútbol, con más fluidez y con más dinamismo, queriendo dejar atrás la flojera del pasado.

El equipo abría el campo desde los costados, sobre todo desde el de Tejero y se afilaba en 'Larra' y en Bermejo, aunque Vuckic seguía demasiado desconectado, pero el Zaragoza amenazaba y volvió a rozar el gol en un peligroso disparo de Narváez tras la enésima arrancada de Tejero desde su costado. Eso sí, la sonrisa duró 20 minutos, no más. El Sabadell fue poco a poco ajustando líneas y precisión para que la presión zaragocista fuera menos efectiva y volviera la imagen del equipo alicaído. A eso se le añadía la capacidad de Stoichkov, que traía de cabeza a Jannick y a Eguaras.

El propio Stoichkov, tras un error de Larrazabal y una jugada de Guruzeta ante Guitián y Chavarría fueron el aviso de que la desconexión zaragocista era total. El tramo final del primer tiempo fue de dominio del colista, que gobernó el partido, como no había pasado, además del balón. Cristian, que ya se había lucido en una falta rasa de Stoichkov, se puso el traje de superhéroe en la última acción de la primera parte. Una doble parada a bocajarro a Guruzeta, agarrado por Guitián, y a Undabarrena fue su sello después de que Juan encontrara una autopista entre Atienza y Tejero para llegar al intermedio con todas las luces de alarma a punto de encenderse.

Lo hicieron tras el descanso, en un escandaloso ejercicio de impotencia del Zaragoza. Un error de Eguaras provocó la contra de Guruzeta y el disparo de Juan Hernández que repelió Cristian. Baraja recurrió a James, muy lejos de su mejor forma, y al desordenado Zanimacchia. Tampoco hubo respuesta con el paso de Narváez a la zona de ataque.

Al Sabadell le bastaba con el dinamismo de Stoichkov y de Juan Hernández para provocar agujeros en un Zaragoza sin agresividad ni una buena presión. Juan Hernández pudo batir de falta a Cristian pero el balón lo repelió el palo y Baraja siguió con los cambios como quien juega a la ruleta rusa. Entró Papu y Bermejo pasó a la derecha. De nuevo nada. El georgiano, revolucionado, le quitó un balón de gol a Narváez en una contra en la que estaba en fuera de juego. Aún quedaba una vuelta de tuerca más de este equipo sometido con las salidas de Javi Ros y el 'Toro'. Daba igual. Dio igual. Este Zaragoza es la impotencia más absoluta y mirar al futuro preocupa muchísimo.

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Tejero, Atienza, Guitián, Chavarría; Larrazábal (Papunashvili, m.69), Eguaras (James, m.61), Jannick (Javi Ros, m.79), Narváez (Toro Fernández, m.79); Bermejo y Vuckic (Zanimacchi, m.61).

CE Sabadell: Mackay; Juan Ibiza, Aleix Coch, Capó; Víctor García, Undabarrena, Grego Sierra, Juan Hernández (Héber, m.85), Ozkoidi; Stoichkov (Querol, m.89) y Guruzeta (Edgar Hernández, m.72).

Árbitro: Iglesias Villanueva (Comité Gallego). Amonestó con tarjeta amarilla a Chavarría, Jannick y Toro Fernández por los locales y a Grego Sierra y Héber por los visitantes.

Incidencias: partido correspondiente a la octava jornada de Segunda disputado en el estadio de La Romareda de Zaragoza a puerta cerrada.