El actual es el tercer verano consecutivo de Lalo Arantegui, el tercer proyecto que inicia en el Zaragoza, aunque lo está haciendo con un notable cambio con respecto a los dos anteriores. Y es que el club aragonés había priorizado en sus apuestas a jugadores en propiedad, futbolistas que supusieran un patrimonio a largo plazo, una idea que ha salido bien para crear valor en la plantilla, pero que en todo caso no ha devuelto aún al equipo a Primera. Las cesiones quedaban siempre para casos excepcionales, en su mayoría para los delanteros. Este verano, sin embargo, con Víctor en el banquillo y con un papel más protagonista en la confección de la plantilla que el que tuvieron sus antecesores en el puesto, la entidad está intentando firmar muchos más jugadores a préstamo que puedan dar un salto de calidad al equipo.

Lalo sustituyó a Narcís Juliá a mitad de la temporada 16-17 y, al término de ese curso, el club tuvo que destinar en torno a un millón de euros en indemnizaciones a futbolistas para que dejaran el Zaragoza. El director deportivo ha conseguido desde entonces que la plantilla zaragocista tenga más valor, con jugadores en propiedad por los que se pueden sacar más traspasos. Ha priorizado esas llegadas con contratos más largos por encima de las cesiones, con un resultado desigual en el rendimiento, pero bueno en términos económicos.

Así, en el verano del 2017 llegaron en propiedad Cristian Álvarez, Benito, Verdasca, Grippo, Mikel González, Toquero, Eguaras, Buff, Papu, Vinicius y Oyarzun, mientras que a mitad de temporada lo hicieron Perone y Alfaro. Así, solo llegaron cedidos del Celta Borja Iglesias, sin duda el mejor fichaje en la era Lalo junto al meta Cristian, y del Madrid el centrocampista Aleix Febas.

INTENTOS EN ESPERA / En la última temporada las cesiones aumentaron hasta a tres, todas para la delantera. Álvaro Vázquez llegó del Espanyol cubriendo solo una tercera parte de su ficha, por Marc Gual el Zaragoza peleó su fichaje en propiedad pero se tuvo que conformar con una cesión con una opción preferencial para el segundo año, que no se ejecutó, y Jeison Medina arribó cedido por dos años y con opción de compra, aunque tuvo que hacer las maletas en enero. En propiedad vinieron James, otro indiscutible acierto, Diego Aguirre, Álex Muñoz y, ya con la temporada rodando, Guitián, por la lesión de Grippo, y Dorado y Linares en el mercado de enero.

En este verano, sin embargo, dos de los cuatro fichajes cerrados hasta ahora son cesiones, el ariete Luis Suárez, sin opción de compra desde el Watford, y Álex Blanco, pendiente del anuncio pero con la posibilidad de compra por un millón al Valencia. En propiedad han llegado Pichu Atienza, desde el Numancia, y Bikoro, desde el Teruel.

Sin embargo, esa influencia de Víctor se está notando en los intentos de cesión. Los dos candidatos actuales para el lateral derecho, Jordi Calavera (Eibar) y Pipa (Espanyol), solo pueden llegar con esa fórmula, lo mismo que Nolaskoain (Athletic), el jugador elegido para que pueda reforzar tanto el eje de la zaga como el pivote defensivo, un futbolista muy del agrado del técnico aragonés.

Rafa Mir, el gran anhelo para la delantera, en una cesión de alta complejidad económica desde el Wolverhampton, cumple con la tónica de los delanteros cedidos en estos últimos años. Lo mismo que el punta ghanés Raphael Dwamena (Levante), por el que se ha presentado una oferta para su cesión. En el traspaso de Soro está sobre la mesa la cesión del ariete del Castilla Dani Gómez, una petición zaragocista y una opción complicada pero que puede salir. José Carlos Lazo era el sueño para el extremo zurdo y se intentó su cesión al Getafe, pero la llegada de Álex Blanco parece cerrar esa puerta, mientras que con Nahuel (Olympiacos) se quiere esperar a su desvinculación, pero la cesión parece una opción más propicia en una operación que ganaría enteros con la salida de Pombo. Así, solo los intentos ya frustrados con Jair, Cala o Alegría eran en propiedad.