Raphael Dwamena, cuya cesión acaba mañana martes 30 de junio, finalizará la temporada en el Real Zaragoza y seguirá ejercitándose en la Ciudad Deportiva hasta que acabe la competición, prevista en el torneo regular para el 19 de julio. El club aragonés, tras hablar con el Levante, propietario de los derechos del futbolista, de baja indefinida por una afección cardiaca, tendrá al ariete mientras dure la competición, aunque no va a disputar ningún minuto en esta temporada. El Zaragoza se ha hecho cargo de la totalidad de la ficha del punta, que asciende a unos 800.000 euros y el futbolista desea acabar la temporada en el club aragonés y, llegado el caso, ser uno más en la celebración del deseado ascenso a Primera.

Los clubs de LaLiga han llegado a acuerdos en las cesiones de futbolistas sin que estas implicaran un coste añadido para los equipos de destino y en el caso de Dwamena su especial situación no ha impedido que finalmente pueda terminar la temporada, tras el parón por el coronavirus, llevando a cabo el trabajo de rehabilitación que realiza en los últimos meses.

El ariete fue dado de baja por el Zaragoza en noviembre pasado tras sufrir en octubre varios episodios de mareos en algunos partidos y en algún entrenamiento. El último encuentro que disputó fue ante el Cádiz el 9 de octubre, con 649 minutos y dos goles antes de que tuviera que dejar la práctica del fútbol de forma indefinida. Estuvo consultando diversos especialistas, en Barcelona, en Zúrich y también en Ghana, su país de origen, y fue intervenido con éxito en el Hospital Universitario Miguel Servet de la capital aragonesa a finales del mes de enero. La operación constó de dos fases: una primera que consistió en la realización de un estudio electrofisiológico y, posteriormente, el implante de un DAI (Desfibrilador Automático Implantable) que le proteja en caso de aparición de arritmias graves.

El jugador ha estado haciendo ejercicios sobre el césped desde abril y en las últimas semanas también ha aumentado la intensidad en algún trabajo, haciendo cambios de ritmo por ejemplo, pero su regreso al césped no está cercano. No lo hará por supuesto en el Zaragoza y tampoco el Levante es partidario de, cuando regrese, que siga perteneciendo a la disciplina del club granota.

Dwamena sigue empeñado en volver a jugar y su idea es intentar buscar en unos meses un club donde seguir su carrera. El ariete, ejemplo de profesionalidad y de buen carácter, ha dejado una profunda huella en el vestuario zaragocista, donde todos se han volcado en su apoyo en estos meses. El delantero, de profundas convicciones religiosas y muy implicado siempre en el apoyo a causas solidarias, tiene el cariño de todo el club.

Después de terminar esta cesión, su carrera afronta el siguiente paso en el Levante, donde la intención de la entidad granota es rescindir el contrato que tiene por dos años más. Aún no se han sentado a hablar de ello, pero se puede dar por seguro que el club valenciano, con más de 35 futbolistas en nómina para la próxima temporada, buscará ese pacto. Las opciones de Dwamena pasarían por buscar acomodo futbolístico en su país o intentarlo en Suiza, donde hizo muy buen papel en el Zürich. El problema es su historial médico, con el riesgo que puede conllevar esa apuesta para cualquier club. En el 2017 Dwamena estuvo a punto de fichar por el Brighton, pero no pasó el reconocimiento médico por un problema de corazón, al que encontró remedio con la implantación de un holter.