-Lleva poco más de una semana en Copenhague y han pasado muchas cosas. Mientras aquí había tormenta, usted ya ha participado en dos partidos con su nuevo equipo y uno de ellos, para buscar una plaza en la Champions League.

-La verdad es que ha sido una experiencia muy bonita. El Copenhague es un club que lo tiene prácticamente todo, muy profesional y con un estadio muy bonito. Voy adaptándome poco a poco a la ciudad y a todo. Estoy muy contento. La gente aquí es muy amable y te ayuda en todo lo que puede. Ahora espero coger pronto el idioma para entendernos mejor, pero estoy feliz.

-¿Jugar en Europa es como se había imaginado?

-Me imaginaba que sería espectacular y así fue. Era un campo difícil (el del Estrella Roja de Belgrado) porque la gente apretaba mucho y había un ambiente tremendo. Fue muy bonito y lo viví como una gran experiencia y ahora espero poder pasar ronda para clasificarnos y aspirar a debutar realmente en Champions.

-Jugó poco más de veinte minutos, pero le dio tiempo a provocar el penalti que propició el empate final (1-1).

-La acción fue rápida, el defensa me derribó y pudimos marcar el penalti, pero lo importante, más allá de eso, es que pude ayudar al equipo.

-Hablemos de su traspaso. Todo sucedió muy rápido…

-Así es. Sabía del interés del Copenhague pero el Zaragoza exigía lo que consideraba adecuado. Todo pasó en media hora. En ese periodo de tiempo me dijeron que tenía que venir para acá y no me dio tiempo casi ni de hacer la maleta. Al final se pudo dar el traspaso pero, efectivamente, todo pasó muy rápido.

-¿Hace cuánto tiempo que sabía usted del interés del Copenhague en hacerse con sus servicios?

-Lo sabía desde principios de pretemporada, pero desconocía que el interés fuera tan fuerte. Conforme me iban informando veía que se alejaba porque el Zaragoza pedía lo que creía justo y yo lo veía lejos, pero, de repente, me llamaron y me dijeron que habían aceptado y que me venía a Dinamarca.

-¿Qué supone estar a la cabeza de los fichajes más caros de la historia de la Liga danesa?

-Al final son números y tienes que trabajar duro para conseguir todo en el fútbol.

-¿Llegó a pensar que no se hacía la operación?

-Sí. Sabía de la dificultad de la negociación y hubo un momento que creía que no se iba a dar, pero al final no fue así y estoy muy contento.

-¿Quién cedió más?

-El Copenhague mostró desde el principio un interés increíble ofreciendo al final lo que exigía el Zaragoza y supongo que las dos partes acabarían cediendo y se dio el traspaso.

-¿A quién pidió consejo antes de decidir?

-Hablé con varios compañeros y también con el míster. Algunos me convencían diciéndome que no podía dejar escapar esto. También hablé mucho con mi familia, mi novia y mucha gente. Entre todos estuvimos unos cuantos días valorando el tema por si al final se daba la situación . Y decidimos que, si se daba, diría que sí. Y se dio.

-¿Era la oportunidad de su vida?

-Sí, claro. La verdad es que ha sido una decisión muy difícil porque estaba muy a gusto en Zaragoza. La gente me quería y yo estaba encantado de estar en un grande como el Real Zaragoza, pero al final los trenes pasan solo una vez y tienes que decidir rápido si te subes o no. Y subí.

-Su salida molestó mucho a Víctor, que admitió que estuvo un par de días descolocado…

-Es que al final nadie lo esperaba porque fue todo muy rápido, pero se dio así y estoy muy agradecido a Víctor por todo lo que me ha dado, sobre todo, por su confianza y espero que la temporada del Zaragoza sea increíble y pueda conseguir el ascenso.

-Él sostiene que su marcha reduce las aspiraciones de ascenso. ¿Comparte su opinión?

-No pienso en eso. Puede que fuera una pieza importante, pero procuro tener siempre los pies en el suelo y hacerlo lo mejor posible. En todo caso, estoy convencido de que habrá alguien que lo hará igual o mejor que yo.

-En Calahorra se le vio hablando con Víctor antes del partido. ¿Le pidió no jugar al estar el traspaso ya a punto?

-La charla fue sobre el traspaso, pero no sobre no jugar. Ni él ni yo sabíamos en Calahorra lo que iba a pasar al final. Ya le digo que todo pasó en media hora. El contenido de aquella conversación queda entre nosotros.

-¿Ve al equipo capaz de luchar por el ansiado ascenso?

-El Zaragoza va a estar toda la temporada peleando por estar arriba. Seguro. Me gustaba mucho el equipo que se estaba formando y van a pelear por el ascenso directo o el playoff.

-Hace seis meses no contaba para casi nadie y se le buscaba una cesión. Ahora su traspaso está entre los 15 que más dinero ha dejado en las arcas del club.

-Si hace seis meses me plantean esta situación no me la creo. Pero esto es el fútbol y todo cambia de un día a otro. Un día estás arriba y al siguiente abajo. Por suerte me fue bien y pude disfrutar de mi momento.

-¿El mérito es solo suyo?

-Al final es el futbolista el que juega, pero sin la preparación de los entrenamientos y la confianza de los entrenadores no logras nada. Es algo entre todos.

-¿En enero se vio fuera del Zaragoza?

-En el mercado invernal tenía esas ganas de intentar salir cedido para disfrutar de los minutos que no tenía aquí, pero al final me convencieron de quedarme y fue una decisión acertada.

-¿Está satisfecho de cómo se ha gestionado su salida desde el club?

-Estoy contento y agradecido al club. Es normal que exija lo que considere justo debido a la urgencia del Zaragoza por hacer caja. Se remitieron a un precio y ya está, pero si me hubiera quedado estaría igual de feliz. Espero que al Zaragoza siempre le vaya bien.

-Su traspaso se produjo apenas unos días después del movimiento accionarial en la entidad. ¿Influyó este hecho en el desenlace final?

-La decisión estaba clara y el cambio en el consejo no me afectó. No tenía nada en contrato con ellos en cuanto a renovación ni nada de eso.

-¿Cómo fue el adiós? ¿Hubo lágrimas o no dio tiempo?

-No me dio tiempo a despedirme de nadie. Por la mañana había entrenado tan tranquilo. Sabía que ese día se iba a decidir todo, aunque creía que no se iba a dar. Nos hemos ido despidiendo por whatsapp de unos compañeros a los que estoy muy agradecido.

-Usted ha sido una apuesta personal de Lalo y Barba. ¿En qué medida han sido clave en su evolución?

-Ambos han sido muy importantes para mí. Ellos fueron los que creyeron en mí y yo solo he tratado de devolverles esa confianza en el campo. Les estoy muy agradecido por todo. A ellos y a Víctor, por supuesto.

-¿Se marcha con alguna espina clavada?

-No, porque espero tener mucha carrera por delante todavía y poco a poco iré trabajando para conseguir cosas importantes.

-¿Qué ha sido el Zaragoza para Pep Biel?

-El club que me ha dado la oportunidad de dedicarme a esto profesionalmente. Se lo debo todo y siempre estará en mi corazón. Además, mi novia es de allí y tengo familia, así que Zaragoza lo es todo.

-Volverá, pues…

-Seguro que me pasaré por ahí algún día y ojalá pueda volver a jugar algún día en el Zaragoza. Me gustaría porque he estado muy a gusto y feliz, pero en la vida tienes que tomar decisiones y, aunque no sé si acertada o equivocadamente, elegí.

-¿Qué le dice a la gente?

-Les deseo con toda mi alma que logren volver donde se merecen . Yo les seguiré desde la distancia y llevaré el zaragocismo en el corazón.