Este Zaragoza es el segundo peor goleador de la historia del club. Los 14 goles anotados por el conjunto aragonés (oficialmente son 17 como consecuencia del 0-3 con el que el Comité de Competición castigó en los despachos la alineación indebida del Alcorcón en Santo Domingo) son el registro más bajo de todas las temporadas en Segunda División y solo superior a las 13 dianas logradas en la campaña 1970-71 tras la disputa de las 21 primeras jornadas.

Entonces, el Zaragoza estaba en Primera, aunque su paupérrimo caudal anotador le ancló a la última posición de la tabla clasificatoria durante la práctica totalidad de una temporada en la que el equipo dirigido primero por José María Martín, después por Domingo Balmanya y más tarde por José Luis García Traid, fue incapaz de abandonar el farolillo rojo. Así que descendió a Segunda después de conseguir apenas tres victorias en los 30 partidos de una competición compuesta entonces por 16 equipos. Aquel Zaragoza concluyó la campaña con solo 22 goles marcados y con Santos como máximo artillero con apenas cuatro en su cuenta particular.

Pero los 14 tantos que en la actualidad atesora el Zaragoza están demasiado lejos del resto de las peores marcas del club a lo largo de su existencia. De hecho, el precedente más cercano en Primera, más allá de aquellos 13 goles conseguidos en el inicio de los 70, son los 16 que se habían marcado en la primera vuelta de la 2011-12, cuando el Zaragoza se salvó in extremis en Getafe con Manolo Jiménez en el banquillo tras haber sucedido en el cargo a Javier Aguirre. Entonces, el equipo aragonés cerró la campaña con 36 tantos, la cuarta parte de ellos (9) conseguidos por Helder Postiga, el goleador zaragocista aquel ejercicio.

Los 19 tantos de la 86-87 y los 20 de la 2010-11, 2003-2004 y 1995-96 completan el ránking de peores goleadores de la historia en Primera a estas alturas.

En Segunda, dicho está, este Zaragoza es el peor artillero de la historia. Nada que ver con los 22 tantos de la temporada 2018-19 que, hasta ahora, suponían el dato más bajo. Entonces, Idiakez y Lucas Alcaraz habían sido incapaces de sacar adelante a un equipo que deambulaba peligrosamente hacia el abismo. La llegada de Víctor Fernández, que firmó una gran segunda vuelta, libró del descenso a un Zaragoza que concluyó la campaña con 49 tantos. Álvaro Vázquez, con 10 dianas, fue el máximo exponente ofensivo.

Ahora, medio siglo después del Zaragoza más inofensivo de la historia, el equipo trata de recuperar cierta eficacia ofensiva para huir de la quema. Solo Narváez, máximo artillero con seis tantos, está respondiendo en una faceta en la que el Toro Fernández está fracasando al no haber sido capaz de marcar un solo tanto en los 840 minutos que ha disputado. Tampoco se ha estrenado Vuckic, aunque el esloveno ha jugado bastante menos (459 minutos). Iván Azón, que acaba de cumplir 18 años y que se estrena esta temporada con el primer equipo, ya ha marcado un tanto en Liga y otro en Copa.

Solo otros cinco futbolistas (Bermejo, James, Adrián, Chavarría y Javi Ros) han anotado hasta ahora en un equipo en el que su pírrica cuenta de goles a favor la completan dos tantos anotados por el rival en propia puerta (Clau por parte de Las Palmas y Bolaño del Oviedo).

Al menos, la llegada de JIM parece haber cambiado algo la dinámica, ya que el Zaragoza todavía no se ha quedado sin marcar en un partido desde que llegó el alicantino. Ha acertado en los tres de Liga (uno a Lugo y Cartagena y dos al Logroñés) y en los dos de Copa del Rey (dos en la prórroga en Torrelavega y uno en Alcorcón).