En tiempo récord -apenas un par de semanas- el Real Zaragoza ha logrado culminar la operación salida y encontrar acomodo a los cuatro futbolistas que, según el club, habrían mostrado su deseo de recalar en otro equipo para disfrutar de más minutos de los que les estaba concediendo Víctor Fernández. Las marchas de Lasure al Tenerife y Bikoro al Badajoz, oficializadas el jueves por la entidad aragonesa, se unen a las de Papu (Racing) y Pombo (Cádiz) y cierran ya la puerta de salida de un Zaragoza que, según aseveró su director deportivo, Lalo Arantegui, no negociará traspasos.

Así que no habrá más despedidas y todos los jugadores que conforman la actual plantilla permanecerán en ella hasta el final de la temporada. A ellos se unirá, seguro, al menos un efectivo más. Será, según expuso también Arantegui, un central, lo que elevará a cinco la nómina de jugadores en esa demarcación aunque uno de ellos, Clemente, pasará a ser la alternativa a Nieto en el lateral izquierdo.

No es demasiado probable que se produzcan más incorporaciones, lo que dejará en dos el capítulo de llegadas y en cuatro las salidas. De este modo, Víctor Fernández deberá acometer el asalto a la Primera División con 22 futbolistas en plantilla -siempre que se confirme la llegada del central pretendido y no venga nadie más-. Esa cantidad de efectivos se aproxima más a los deseos expuestos por el técnico aragonés ya en Boltaña, donde se mostró partidario de contar con un plantel integrado por 21 jugadores, a los que se sumaría el apoyo de los canteranos Clemente y Baselga.

Sin embargo, el central dejó de ser muy pronto solo un respaldo. El canterano tiene ficha del filial pero es un jugador del primer equipo a todos los efectos y, de hecho, viene siendo habitual en las alineaciones titulares. Solo la llegada prevista de ese defensa que quiere Víctor amenaza ahora el estatus adquirido por el aragonés, que ha debutado ya con la selección española sub-21. «Me gustaría recortar más la plantilla. Quiero que las tensiones vengan derivadas de la propia competición y no deriven de un exceso de configuración en el plantel», advirtió Víctor durante la pretemporada. No lo consiguió al principio debido a que futbolistas a los que se abrió la puerta de salida -como Pombo o Linares- no se marcharon en verano, pero el entrenador zaragocista sí parece destinado a cumplir ahora su deseo. O no del todo, porque Víctor aspira a que llegue un último fichaje. Se trataría de un jugador de banda cuya adquisición cubriría, según el entrenador, una de las carencias detectadas en la actual plantilla.

Pero es que, además, entre esos 21 efectivos actuales figura Alberto Zapater, al que sus problemas en la rodilla mantienen inédito esta temporada y cuya reaparición está prevista para febrero o marzo. La incógnita se cierne sobre las condiciones en las que volverá y cuánto podrá aportar al equipo en la recta final del campeonato, cuando todo estará en juego.

Claro que Víctor también podrá recurrir a la cantera, de donde ya han aparecido en distintas ocasiones tanto efectivos del filial -Nick, Ahmed, Baselga o Aguado- como del juvenil, con Francés como el gran protagonista, y Borque, ambos laterales.

Mientras, el club sigue buscando un central y, tras las extremas dificultades en conseguir una cesión de Primera División, gana enteros la opción de que el último -o penúltimo- en llegar lo haga desde el extranjero.

En España, en cambio, seguirán Lasure, que el jueves se despidió de sus compañeros en la Ciudad Deportiva, y Bikoro. Ambos jugarán cedidos hasta el final de la presente temporada en Tenerife (Segunda División) y Badajoz (Segunda B), respectivamente y serán presentados en las próximas horas. «Estoy con bastante ilusión. Es una alegría inmensa unirme al Tenerife. Me encuentro a plena disposición del míster, en lo que necesite. Vengo a ayudar al equipo, además de disfrutar para recuperar la confianza. Intentaré aportar mi pequeño granito de arena», declaró el canterano en el programa oficial del club Bota Heliodoro.

Tanto el aragonés, con contrato hasta el 2022, como Bikoro, con tres años más de vínculo con el Zaragoza, se marchan cedidos y sin opción de compra.