Alberto Zapater ya ha puesto fin a su estancia en Barcelona, donde ha permanecido durante algo más de tres meses para llevar a cabo la rehabilitación pertinente de la intervención quirúrgica a la que fue sometido en octubre del tendón rotuliano de su rodilla derecha. Ahora, ya en Zaragoza, el ejeano afronta la fase final del proceso de recuperación establecido cuando se tomó la decisión de pasar por el quirófano y las sensaciones son positivas.

El pasado viernes, el canterano se despidió de la Ciudad Condal, donde, durante cinco días a la semana, ha estado en Resport Clínic del doctor Ferrán Abat, amigo del médico que le operó, Hakan Alfredson, un facultativo sueco afincado en Londres. Ahí, en el Princess Grace Hospital, Zapater fue intervenido el pasado 29 de octubre. Abat también realiza el mismo tipo de operación que Alfredson.

Ahora, el ejeano se ejercitará a las órdenes del preparador físico y recuperador Andrés Ubieto. Junto a él, el aragonés irá acumulando carga de trabajo después de haber pisado el césped durante varios días en Barcelona. Pero la superficie -hierba artificial- no era la idónea para el futbolista. Así que los campos de la Ciudad Deportiva pondrán a prueba la rodilla derecha del zaragozano, que, en todo caso, no tiene marcado un plazo para regresar a los terrenos de juego, aunque su entorno está convencido de que podría volver antes de que acabe la temporada.

De momento, el trabajo con Ubieto será progresivo para ir comprobando las sensaciones de Zapater, que, durante este tiempo de rehabilitación, ha ido superando contratiempos lógicos derivados de su dolencia y de la intervención. El mediocentro ha conseguido salvar todas esas situaciones propias de exponer el cuerpo al impacto tras una larga convalecencia y la inactividad correspondiente y que han afectado a otras zonas de su cuerpo como isquiotibiales o espalda. El hecho de que haya logrado salir adelante y salvar cada obstáculo supone una gran noticia en busca de una recuperación completa de una lesión muy compleja.

La rodilla dañada, por su parte, evoluciona según lo previsto. Aún no está perfecta porque todavía no ha pasado la prueba de ser sometida a una carga de trabajo regular en el campo de juego. De eso se trata ahora: de examinar cómo responde a esa acumulación de tarea durante varios días seguidos. En todo caso, tanto el futbolista como su entorno son optimistas.

Mientras, el club recibe a su capitán con la satisfacción de su regreso al vestuario, donde su papel es esencial, y con la esperanza de que su recuperación discurra por los cauces previstos y, de ese modo, soñar con que Zapater pueda participar de aquí a la conclusión de la temporada.

El canterano no juega desde el 11 de mayo, cuando disputó los últimos 12 minutos del duelo que enfrentó al Zaragoza con el Extremadura. Zapater, en cuya rodilla el tratamiento con hormonas de crecimiento no dio resultado, así como otros tratamientos conservadores, tomó la decisión de pasar por el quirófano para poder ayudar al equipo esta misma campaña.