Un policía de 25 años murió ayer cuando uno de los dos delicuentes que custodiaba en el interior de los juzgados de El Prat de Llobregat (Barcelona) le arrebató el arma y disparó. Los dos fugitivos abandonaron el edificio a tiros e hirieron de gravedad a un pintor de una obra. En la huida robaron un vehículo a punta de pistola que apareció poco después.

Los hechos ocurrieron pocos minutos antes de las dos de la tarde. Dos agentes agregados a la comisaría de El Prat se trasladaron a los juzgados para conducir a dos detenidos hasta la cárcel Modelo de Barcelona. Horas antes, un juez había decretado el ingreso en prisión de ambos tras confirmar que los dos hombres, detenidos el fin de semana, tenían numerosas órdenes de búsqueda y captura pendientes.

Los delincuentes se encontraban en el interior de uno de los calabozos del recinto y los dos agentes les abrieron la puerta para trasladarlos hasta el vehículo oficial. Los detenidos, como es habitual, no estaban esposados en el interior de la celda. En ese momento, uno de los policías recibió la orden de acompañar a un tercer detenido, que también estaba en el interior de los calabozos, a las dependencias de los juzgados.

DISPARO MORTAL EN EL TORAX Al quedar los dos detenidos con un solo policía, los dos delincuentes, con un amplio historial delictivo, aprovecharon la situación de superioridad numérica y, cuando iban a ser esposados, uno de ellos arrebató el arma al agente. El joven policía no tuvo tiempo de reaccionar. El delincuente le disparó un único tiro en la zona del tórax, que resultó mortal.

El otro agente, alertado por el disparo, corrió hacia la zona de calabozos e inició un intercambio de tiros con los dos delincuentes, que consiguieron acceder a la calle por la puerta del párking del edificio. Mientras tanto, el agente de seguridad privada que custodia los calabozos cerró la puerta que comunica la zona de detenidos con el resto de dependencias judiciales para proteger al numeroso personal que en ese momento se encontraba en la zona.

Ya en la calle, los dos delincuentes continuaron disparando, tratando de abatir al agente que les perseguía. Uno de los disparos impactó de manera accidental en Francisco J. S., un pintor de una obra cercana.

ESCAPADA EN COCHE En medio del caos, con transeúntes tirados en el suelo y otros corriendo tratando de huir de los continuos disparos, el delincuente armado encañonó al conductor de un Audi A3 de color negro, le obligaron a bajar del coche y prosiguieron la huida.

En los alrededores del juzgado había en ese momento numerosos familiares de los dos detenidos. La cuñada de uno de ellos, incluso, se refugió en un bar cercano con un niño y la hija de uno de los fugitivos. Esta mujer explicó, con una tranquilidad pasmosa, que su cuñado era "muy agresivo" y aseguró que no le habían suministrado metadona --sustitutivo de la heroína--, razón por la que, según ella, había huido.

Aunque la huida apenas duró cuatro minutos, éstos se hicieron interminables para los numerosos vecinos y transeúntes que había cerca del juzgado de El Prat.

En el cercano bar Mingote pensaron, al principio, que alguien había tirado un petardo. "Pero al quinto salimos a la calle y aquello era el Oeste. Un policía disparando y otros dos disparando también. La gente gritaba como loca", dijo un testigo.

La policía continuaba, al cierre de esta edición, buscando a los dos delincuentes, que seguían huidos.