La fiscalía del Tribunal Supremo no distingue entre las recusaciones presentadas contra el presidente de su Sala Segunda, Manuel Marchena, y la interpuesta por el presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, contra el resto del tribunal que juzgará el 'procés'. En un segundo informe también ha pedido al tribunal rechazar de plano la recusación interpuesta tanto por Cuixart como por la expresidenta del Parlament Carme Forcadell y la exmiembro de la Mesa de la Cámara Anna Simó.

Simultáneamente el tribunal ha dado un plazo de tres días a las partes para que se pronuncien sobre la declinatoria de jurisdicción, en la que todos los acusados plantean que el Supremo no es competente para juzgarles. La mayoría de ellos habían solicitado que el plazo para calificar se ampliara de los 10 días previstos en la ley a 90 días.

En una diligencia de ordenación de la secretaria del tribunal se declara que el plazo para presentar los escritos en los que solicitarán la absolución de sus clientes empezará a correr una vez se resuelvan los artículos de previo pronunciamiento planteados, lo que no se producirá hasta después de celebrar la correspondiente vista, en un principio prevista para la semana del 17 de diciembre.

Aunque para cumplir ese calendario será fundamental ver cómo evolucionan las recusaciones presentadas. Este miércoles el fiscal de Sala del Supremo Fidel Cadena considera que los incidentes presentados no merecen siquiera ser tramitados por la Sala Especial prevista en el artículo 61 de la Ley Orgánica del Poder Judicial por "su carácter fraudulento y contrario a derecho".

Este lunes ya había informado en contra de las primeras recusaciones presentadas en el procedimiento contra Marchena para tratar de evitar que presida el tribunal que juzgará a los líderes independentistas. El intento de apartarle se basaba en la supuesta vinculación de este juez con el PP al haber sido propuesto por este partido para presidir el Consejo General del Poder Judicial y, sobre todo, por los mensajes enviados por el portavoz popular en el Senado, Ignacio Cosidó, en un chat de WhatsApp de senadores en el que se jactaba de que a partir de ese acuerdo la formación controlaría la Sala Segunda.

Esas recusaciones fueron las interpuestas por el exvicepresidente de la Generalitat Oriol Junqueras, Raül Romeva, Jordi Sànchez, Jordi Turull y Josep Rull.