La Comisión Europea (CE) aprobó ayer la comercialización de un nuevo producto transgénico, un maíz desarrollado por la multinacional suiza Syngenta, y puso fin así a la moratoria que durante los últimos cinco años ha bloqueado la autorización de cualquier tipo de organismo modificado genéticamente (OMG). El nuevo maíz Bt-11 podrá ser comercializado en la UE para alimentación humana en lata o fresco y durante un periodo de 10 años, pero de momento no podrá cultivarse. La moratoria para el cultivo y la importación de transgénicos había provocado un grave enfrentamiento comercial con EEUU, el primer productor mundial de semillas OMG.

El cereal aprobado ayer ha sido modificado para que contenga una toxina bacteriana, llamaba Bt, que actúa como insecticida. Variedades similares ya se habían aprobado para su cultivo e importación antes de la entrada en vigor de la moratoria, en 1998, pero sólo para ser empleados como piensos animales o como ingredientes en productos manufacturados (aceites, harinas, azúcar, jarabes, snacks , productos fritos y cocidos, bollería ...). El maíz Bt-11 ya se cultiva en EEUU y otros 12 países.

La CE adoptó la controvertida decisión pese a que sólo seis de los antiguos 15 miembros de la UE respaldaron la propuesta en el Consejo de Ministros de Agricultura del 26 de abril. El Ejecutivo comunitario basa la legalidad de la decisión en que los países opuestos no lograron suficientes votos para paralizar la iniciativa. El Gobierno español se abstuvo.

El comisario de Salud y Protección de los Consumidores, David Byrne, reconoció que "varios" comisarios habían expresado reservas ante esta decisión. Pero insistió en que no había ninguna justificación para no conceder la autorización, pese a la oposición de la mayoría de la población europea a los transgénicos.

CIENTIFICAMENTE SEGURO "Este maíz es considerado científicamente tan seguro como el maíz tradicional. Ya no se trata de un problema de seguridad alimentaria, sino de elección de los consumidores", señaló Byrne. La nueva legislación europea obliga a que la presencia de cualquier producto transgénico esté claramente indicada en la etiqueta.

Byrne recordó que los granos de maíz Bt-11 están autorizados en la UE desde 1998 para alimentación animal y como materia prima para alimentos. Y también insistió en que los productos transgénicos ya están presentes en la UE (aunque España, donde se cultivan 32.000 hectáreas de maíz, es el único país donde han tenido una implantación notable).

La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, declaró sentirse "sorprendida" por la decisión de la CE y anunció que el Ejecutivo tratará de aumentar el control "hacia todo lo que es una herencia heredada del anterior Gobierno, que ha convertido a España en el granero transgénico de Europa". El Ministerio de Agricultura consideró que permitir la comercialización pero no el cultivo del nuevo maíz es un "agravio comparativo" para los productores europeos, informa Efe.