¿Por qué ha ganado Zaragoza la confianza de una amplia mayoría de países del Bureau Internacional des Expositions (BIE)? Entre la delegación española que pasada la medianoche del jueves regresaba tras un accidentado viaje de vuelta de París no había apenas dudas. El papel de la diplomacia y las garantías de que la muestra iba a celebrarse fueron los factores determinantes, muy por encima de la evidente solvencia del proyecto técnico; la vigencia del tema elegido o el calor ciudadano recibido por la candidatura.

EL FACTOR DIPLOMATICOLa mejor muestra de que la victoria de Zaragoza sobre Trieste y Salónica, que también pedían la Exposición Internacional para el 2008, se ha sustanciado en la acción exterior ha sido la reacción de la prensa en ambos países. Tanto en Grecia como, especialmente, en Italia se ha ensalzado el papel jugado por el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, y por el rey Juan Carlos. La vieja Europa y los países en vías de desarrollo han apostado por la nueva política española en el mundo.La intensidad de la campaña diplomática española pudo visualizarse incluso en los momentos previos a la votación, con intensos y permanentes contactos de la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega y del ministro de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, desplazados a París. Incluso en la recepción de la noche anterior a la votación se amarraron dos votos: Togo y Japón, que dadas las fugas previsibles a última hora podían ser decisivos.Además del bloque de países iberoamericanos y caribeños y del mundo árabe, también se realizó un intenso esfuerzo en Asia, donde la vicepresidenta en viaje oficial buscó compromisos activos de las legaciones ante la asamblea del BIE. Estos lazos en una zona con mayores intereses comerciales hacia Italia fueron finalmente básicos, si no para la victoria sí para que la distancia en la segunda vuelta con Trieste (57 votos frente a 37) fuera tan amplia.La votación final en la Oficina de Exposiciones suponía, además de la consecución de la Expo 2008, una demostración puertas adentro y puertas afuera de que España no estaba sola en el mundo. Al contrario, la abultada derrota en Italia ya ha motivado que en el país transalpino se levanten las primeras voces críticas con el alineamiento de Silvio Berlusconi con los sectores más radicales en política internacional de la Administración republicana de EEUU.LA GARANTIA DE CELEBRACIONEl compromiso jurídico de la candidatura española para invertir el dinero suficiente que facilitara la celebración de la Expo y la solvencia del país como organizador de eventos internacionales fueron dos elementos también decisivos en la votación final. El BIE se financia en buena medida con el importe de las entradas a las exposiciones --un 1%--, por lo que la suspensión de un evento ya aprobado limita la propia supervivencia del órgano internacional. La mañana de la votación en París, durante la reunión de la asamblea, se enfatizó este mensaje, que favorecía a España frente a Italia por las fallas jurídicas de la candidatura triestina.Después de que en los últimos años no se hayan organizado dos exposiciones internacionales de nuevo formato previamente concedidas a Filipinas y Francia, la garantía de celebración que ofrecía España --inversiones fijas, proyectos en marcha o muy avanzados y suelos en propiedad-- fue básica para Zaragoza, porque reforzó a los países que se habían comprometido y despejó las dudas de los indecisos. Un argumento prosaico pero, según se vio, de vital importancia.

LA GARANTIA DE CELEBRACION

SIMPATIA HACIA EL PROYECTOVotar un proyecto que se postula como foro de pensamiento y reflexión mundial sobre el agua justo cuando los principales organismos internacionales han mostrado su preocupación sobre los problemas hídricos ha sido otro elemento básico de la candidatura. Sin ser suficiente para que un país entregue su voto, el tema fue muy del agrado de los estados miembros del BIE, en particular de los pobres o emergentes.La comunicación del concepto agua y desarrollo sostenible ha sido brillante, y tuvo su colofón el propio jueves cuando se utilizó en la presentación de París un vídeo de la ONU --

El sueño del agua