No es fácil metabolizar el triunfo cuando la prioridad es cerrar una edición especial y hacer un diario en tiempo récord. La redacción, la administración y los talleres de EL PERIODICO se convirtieron ayer en una especie de embalse que estaba al nivel máximo de cota y seguía recibiendo caudal: o sea, la energía fluía sola. Así elaboramos un montón de páginas antes de poder celebrar el éxito de todos los aragoneses. Era madrugada y brindamos por todos ustedes.