Hasta el 7 de abril, los Antiguos Depósitos Pignatelli (Paseo Cuéllar, 4) acogen la exposición 'Gigantes y Cabezudos. La Comparsa de 1964', integrada por las figuras que fueron encargadas por el Ayuntamiento de Zaragoza para alegrar las calles en diferentes actividades festivas de la ciudad. Sin duda, uno de los actos más populares de las Fiestas de Zaragoza es la salida de la Comparsa de Gigantes y Cabezudos.

La muestra se compone de los ocho cabezudos realizados por el artista fallero valenciano Modesto González (El Boticario, el Morico, el Robaculeros, el Torero, el Tuerto, el Berrugón, el Forano y la Forana), y los diez gigantes encargados al escultor zaragozano Armando Ruiz (Don Quijote, Dulcinea, el Duque, la Duquesa, el Rey, la Reina, el Chino, la Negra, Gastón de Bearn y Dama Bearnesa), y que recientemente han sido restaurados.

El acto de relevo de la comparsa anterior de Félix Oroz y la presentación de la nueva, tuvo lugar en la Plaza del Pilar el día 7 de octubre de 1964, en un tablado instalado delante de la fachada de la Basílica del Pilar. El evento finalizó danzando los cabezudos antiguos por última vez y quemando a modo de ‘falla’ los viejos gigantes que portaban su armazón repleto de cohetes. A continuación la nueva comparsa hizo su entrada oficial en la plaza iniciando su primer baile junto a grupos de jota.

Los Gigantes del 64 fueron restaurados en diversas ocasiones hasta su desfile por última vez, el domingo día 10 de octubre de 1999, con la presentación de los nuevos -réplicas de los de Oroz-, en la Plaza del Pilar, acompañados por comparsas venidas de otras ciudades españolas. Su agitada vida pública había hecho profunda mella, por eso el ayuntamiento los retiró para su custodia y conservación en el Centro de Patrimonio Cultural donde han disfrutado de un merecido descanso.

En 2022 la Unidad Técnica de Restauración del Servicio de Cultura acometió una intervención de restauración de los diez gigantes pertenecientes a la Comparsa de Gigantes y Cabezudos de Zaragoza de 1964: las cabezas, manos, cuerpo de Don Quijote y algunos complementos. La intervención tuvo como objetivo recuperar, por un lado, la integridad física de las figuras, su consistencia mecánica, retirando previamente los elementos deteriorados y consolidando el soporte, y por otro, devolver a las piezas una estética más acorde con el aspecto que tuvieron cuando se crearon en 1964, ya que la acumulación de retoques y repintados había desvirtuado la imagen original.

Esta exposición pretende aproximarnos a la historia de esta comparsa coincidiendo con su 60 aniversario, así como mostrar la meticulosa restauración llevada a cabo para poner en valor a unos singulares personajes que forman parte de nuestra identidad cultural, unas figuras que nos han acompañado en los principales festejos celebrados en nuestra ciudad.