Síguenos en redes sociales:

Editoriales

El Pilar, una gran fiesta

Las fiestas del Pilar han acreditado en esta edición su capacidad para convertirse en el mejor argumento para vender la ciudad. Cientos de miles de personas han llegado de fuera a Zaragoza dispuestas a sumergirse en unos festejos que en líneas generales han funcionado bien y además lo han hecho sin colapsar más allá de lo razonable el desarrollo de la vida cotidiana.

El modelo es sin duda adecuado y el Pilar se consolida como una fiesta grande, participativa, callejera y masiva. No es fácil aunar todas estas características y en Zaragoza se ha conseguido. Sin embargo, no estaría de más mantener una constante reflexión sobre estos festejos y estudiar la forma de mejorar su desarrollo, entre otras cosas para aumentar la participación tanto cualitativa como cuantitativamente. En esa línea se dibujan dos claros desafíos: de una parte, introducir paulatinas innovaciones que mantengan el interés y abran nuevas posibilidades festivas; de otra, ampliar los escenarios y el protagonismo popular, para llegar a los barrios (que siguen al margen) y globalizar más y mejor el programa.

El Pilar 2004 ya es historia. Ahora toca analizar sus resultados e ir pensando en la forma de que el Pilar 2005 sea un éxito todavía mayor.

Pulsa para ver más contenido para ti