No ha sido el del PP un Congreso fácil; pero si exitoso, en la medida que las vísperas han sido difíciles. Y lo han sido porque se mezclaron sentimientos, sospechas, juicios de intenciones y susceptibilidades. Todo es de compleja gestión. Todo ello salió en el Congreso, de manera especial a través del discurso de José María Aznar y de su gélido no saludo a Mariano Rajoy. Mal cuerpo ha puesto el expresidente entre los compromisarios que han hecho, un alarde de patriotismo de partido. Con todo, lo mejor del Congreso ha sido Ángel Acebes. Su discurso no era fácil, pero lo hizo bien. Su señorío, su lealtad y su discreción han estado presentes en discursos y aplausos. Los compromisarios han mostrado que es un hombre querido y respetado. Va a continuar con despacho en Génova y su recorrido activo en el PP no ha acabado. No es Ángel Acebes un "jubilado". Nadie quiere que lo sea. Teniendo en cuenta de donde se venía, el Congreso ha tenido un final feliz. Todos querían acabar con los días difíciles. A Mariano Rajoy se le notaba en la cara. Después de dos días de gesto serio, ayer, parecía otro. Sonriente y distendido, asumió la tarea de gestionar con nuevos modos al PP de siempre. Es una gestión que tiene plazo. Como máximo hasta las próximas generales, pero si antes el PP no se siente bien representado, si percibe que no coge aire, si, en fin, no nota que el nuevo equipo les puede acercar al poder y desgastar con inteligencia al Gobierno, los denominados "corazones solitarios"; es decir, los perdedores se harán notar. Rajoy comienza su andadura con un buen equipo. Esteban González Pons y María Dolores de Cospedal llenan cualquier pantalla. Son un buen tándem, respaldados por un pata negra como es Javier Arenas, hombre de especial olfato político. Rajoy ha hecho una apuesta que no introduce vértigo y si mucha expectación. Propios, sobre todo propios, y ajenos van a mirarles con lupa y María Dolores de Cospedal ha asegurado que "daremos la sorpresa". A nada que acierten serán un tándem con recorrido. A la espera de acontecimientos, lo único seguro es que el PSOE tendrá que acondicionar sus modos y maneras al PP valenciano. Este PP va a hacer oposición de otra manera. Y tendrá consecuencias. Finalmente: Rita Barberá ha dirigido con inteligencia este final de los días difíciles y las personas encargadas de prensa han dado una lección de buen hacer y de voluntad. Periodista