Ya estamos en verano! Por fin. Empieza a oler a vacaciones, a descanso y, a diferencia del año pasado, somos muchas las personas que hemos recibido total o parcialmente algunas de las vacunas covid.

Este verano parece que es más luminoso que el anterior, al menos al final del mismo parece que hay una luz, la de la inmunidad de grupo que adquiriremos en septiembre y que nos permitirá ir retomando algunos de los hábitos que teníamos antes de que todo esto empezara.

Pero deberíamos ser conscientes de que aún no estamos en ese punto y, por lo tanto, la relajación que nos proporciona la mejora de los datos, las cañitas para paliar el calor, los reencuentros en el pueblo, en la playa o para tomar la fresca en el parque de nuestro barrio siguen siendo un peligro, porque por si alguien no se ha enterado todavía, la vacuna no va a eliminar el virus.

Quienes tienen la suerte de poder realizar viajes a países exóticos, a entornos naturales diferentes al nuestro, a culturas distintas, verán postergada su afición al próximo año como mínimo. ¡Menudo fastidio! Porque viajar es maravilloso y dicen que abre la mente. Aunque no debe de abrirla tanto cuando escucho quejarse a quienes no van a poder hacer esos viajes por el peligro que entraña la gran expansión y mortalidad que está desarrollando el bichito. Realmente lo que deberían de estar haciendo es exigir a sus gobiernos que sean solidarios con los más pobres y garanticen la universalidad de las vacunas.

De los 1.770 millones de dosis de vacunas que se han administrado en todo el mundo, el 28% ha sido en países del G7 y un 0,3% se han puesto en países de renta baja. A este ritmo estos países tardarán 57 años en vacunar a toda su población, mientras que los países ricos podrían tener a toda su población vacunada en enero del 2022.

Por lo tanto, este no va a ser el último verano con la pandemia provocada por el covid, al menos si en términos globales hablamos. Y viviendo en un mundo conectado... ¿Cómo es posible que no lo abordemos así y nos centremos en lo local, en nuestro ombligo, en el yo y yo?

Desde mi rincón hago un llamamiento a los Gobiernos del G7, a la Unión Europea y a todos los organismos internacionales para que se vuelquen realmente en acabar con esta pandemia a nivel mundial. Ellos no pueden cogerse vacaciones, ya lo siento, pero no han aprobado. La pandemia sigue extendiéndose por el mundo y los más pobres no están a salvo ni van a tener acceso a los medios para ello.

En esta pandemia o nos salvamos todos o nos hundimos y aún está en nuestras manos que este sea el último mal verano.

Disfruten de sus vacaciones, sean felices, pero no bajen la guardia, por ustedes y por los demás.