Opinión

La ‘buena muerte’ y la intolerancia

Protesta en favor de la Ley de Eutanasia

Protesta en favor de la Ley de Eutanasia

¿Por qué hay tanta gente intolerante cuando se trata de reconocer derechos? ¿Por qué esa gente intolerante, cuando pierde votaciones en el Parlamento corre a la puerta de los juzgados para impedir el ejercicio de los derechos conquistados? A nadie se le obligó a divorciarse, ni a abortar, ni a casarse con quien no desea, ni tampoco a utilizar el derecho a una muerte digna recién aprobado.

Una explicación para la intolerancia es la ideológica, especialmente las inspiradas en las religiones. Las religiones han sido la causa de las expresiones más duras y más violentas de intolerancia. Fueron Locke y Voltaire los primeros en oponerse a la pretensión de los monoteístas de ser los depositarios de la verdad absoluta y de estar legitimados para imponerla a los demás. Ambos aceptaban una religión basada en el amor pero se oponían a las que pretendían uniformar a toda la ciudadanía por las buenas o por las malas.

Siempre mirando por el retrovisor, se intenta ahora una vez más restringir derechos, impedir su ejercicio y evitar que quien lo desee, tenga una muerte digna. Tratan de tumbar una ley que a nadie le obliga a nada. Una vez más, se trata de impedir el reconocimiento de nuevos derechos, aunque luego ellos mismos los utilicen profusamente cuando les conviene, olvidándose de dogmas y de esas convicciones morales de las que presumen.

Se trata de evitar el sufrimiento inútil y es una ley absolutamente garantista que responde a una demanda socialmente reclamada. Al que no le guste, que no la utilice ni para sí ni para sus familiares. Lo siento por él y por ellos. Pero dejen a los demás vivir y morir como quieran. Ya pasó el tiempo de la Inquisición, de imponer a toda la sociedad los dogmas propios. Eso sí se llama libertad y a los intolerantes es algo que, aunque disimulen, les produce fobias.