Las imágenes aéreas de la isla de La Palma, tomadas desde drones y satélites artificiales, nos vienen dando una idea mucho más precisa de la magnitud de la catástrofe volcánica a la que los palmeros se están enfrentando.

Las nuevas tecnologías de visión cenital vienen revolucionando los clásicos conceptos de la vulcanología y de la arqueología, entre otras especialidades dedicadas al estudio y exploración del subsuelo terrestre.

Una arqueóloga, egiptóloga y profesora de Antropología de la Universidad de Alabama, Sarah Parcak, se ha especializado en la captación de imágenes de última generación, que ella misma ha utilizado en sus descubrimientos, narrándonos sus experiencias en un didáctico ensayo titulado 'La arqueología desde el espacio' (Ariel).

Desde el aire, a distancias que pueden oscilar entre los veinte y los trescientos kilómetros de altitud, el perímetro de las ciudades egipcias o de las tumbas mayas se dibuja con total claridad, una vez se ha aprendido a interpretar correctamente, por las densidades y cambios de tono o color, los píxeles de las fotografías y vídeos tomados desde la órbita terrestre.

Las nuevas herramientas para la localización de antiguos yacimientos son cada vez más sofisticadas. Desde las fotografías aéreas hasta los radares de penetración terrestre, la magnetometría y las imágenes de satélites de alta resolución, toda una serie de armas y recursos que parecen pertenecer al futuro se emplean para investigar el pasado. La mirada desde el espacio no solo revela la importancia de lo inexplorado, sino que logra desmontar conceptos que se creían inamovibles con respecto a sitios o épocas fundamentales de la historia.

Puede que esto sea lo más estimulante de cuanto Sarak Parcak nos narra en su libro, con multitud de ejemplos basados en excavaciones reales, propias y ajenas, de Islandia a México, o de Egipto a Roma.

Como filosofía personal, esta peculiar arqueóloga, que tuvo la oportunidad de conocer a Harrison Ford y establecer cierta amistad con él, asume una frase de Indiana Jones: «A la arqueología le interesan los hechos. Si ustedes están interesados en la verdad, otro de mis colegas da clase en el aula del fondo».

Parece que la realidad se ve mejor desde el cielo...