Ya viene siendo muy habitual que ironicemos las actuaciones políticas con la locución «donde dije digo, digo Diego», pero siendo realistas, remarcaron, llegando a prometer la derogación de la reforma laboral, y nos encontramos con una reforma que consolida las políticas del Partido Popular.

Parece ser que en estos últimos días y antes del trámite parlamentario, empieza haber presiones en todos los ámbitos para apoyar el texto de la reforma laboral, con el único objetivo de vender el consenso como un logro por sí mismo, como sucede con el diálogo social; algo que solo ha traído la pérdida de derechos a la clase trabajadora.

Aspectos lesivos

Digámoslo alto y claro, el Gobierno junto a los sindicatos institucionalizados, no han sido capaces de derogar los aspectos más lesivos de las dos últimas, y ante ello, parte de la izquierda parece atrincherarse en la idea de que «esto, o viene la derecha», algo muy recurrente, pero que en este caso no tiene justificación alguna.

Como tercer sindicato de Aragón que es OSTA, no podemos caer ni en la demagogia ni en la frivolidad; pero tras analizar el texto queremos dar nuestra opinión del mismo, que muy a las claras, es una nueva decepción para la clase trabajadora. El mismo tiene muy poca miga, puesto que no se toca ninguno de los pilares básicos de las reformas laborales del PSOE y del PP, y esto no lo digo yo, sino que tras una semana de dimes y diretes, lo cacarean públicamente la CEOE o la Fundación FAES, poco sospechosas de «progresistas» y velar por los intereses de la clase trabajadora.

Solo son tres los puntos modificados y ni siquiera ninguno de ellos los podríamos calificar entre los más lesivos de nuestro marco regulatorio, estos son: la ultraactividad, prevalencia convenio sector sobre el de empresa y los contratos. Sobre la ultraactividad, no podemos hacer trampas, por supuesto que mejora, pero este mecanismo ya no era aplicado por la patronal, porque desde su inclusión, el mismo solo ha generado conflictos, porque los y las trabajadoras en sus respectivos centros de trabajo han plantado cara.

Hyde

Dos preguntas

Prevalencia del convenio sectorial sobre el de empresa, sin entrar en profundidad, que la tiene, solo formulo dos preguntas, ¿Que sindicatos han firmado convenios de empresa por debajo de los sectoriales?, ¿Porque sabiendo que los provinciales o los autonómicos son mejores que los estatales, no prevalecen los primeros? Ambas preguntas, se responden solas, pero ¿no será que lo firman los mismos que ahora lo cambian?, porque esto ha supuesto competencia desleal entre empresas y/o contratas?

Es evidente que cuanto más se acerca la negociación al centro de trabajo, la presión es mayor y por lo tanto los acuerdos son mejores. Nuestra apuesta es que las condiciones de los y las trabajadoras que trabajan en Aragón, se negocien aquí y no a 300 kilómetros de los centros de trabajo.

Y el tercero, los contratos, alguien cree de verdad que los cambios introducidos van a mejorar la precariedad y la temporalidad o solo van a ser maquillaje para cumplir con las exigencias de Europa, la respuesta es clara; unos cambios que no van a generar empleo más estable y solo van dirigidos a contentar a la UE.

«Moleste a quien moleste»

Llega el trámite parlamentario y veremos cómo se posicionan todos los agentes políticos, en OSTA lo tenemos claro, la clase trabajadora va a seguir sufriendo las reformas laborales tanto del PSOE, del PP y ahora la del PSOE/UP y por ello vamos a seguir explicando las consecuencias de la mismas, exigiendo la derogación de ambas, «moleste a quien moleste». Mientras no se cambie la indemnización por despido; los eres o ertes no precisen de autorización laboral; sea tan fácil despedir por causas objetivas; se puedan seguir produciendo descuelgues; la distribución irregular sea impuesta por las direcciones de las empresas; los salarios de tramitación sean una quimera, más lo sumado en esta reforma, que va a facilitar la reducción de jornada y salario, algo de lo que curiosamente nadie habla.

Desde OSTA vamos a seguir confrontando, ante la patronal o el Gobierno, «gobierne quien gobierne».

No debemos aceptar acuerdos que no beneficien a la clase trabajadora, porque eso sí que favorece a la derecha y a la extrema derecha, y creemos que la única receta para frenarles es hacer leyes más sociales, para mejorar la vida del conjunto de la sociedad.