El Periódico de Aragón

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José Mendi

La rúbrica

José Mendi

‘Rancional’

Las canas en el pensamiento son naturales, pero la caspa ideológica dificulta cualquier avance social

Los humanos somos tocinos racionales (los sorianos serían torreznos racionales). Se puede aprovechar todo de nosotros, siempre que se haga en la etapa adecuada de la vida. Aquí viene lo difícil de nuestro discurrir. Equilibrar el tiempo cronológico, objetivo, con el de las capacidades y deseos individuales, subjetivos, es una habilidad compleja solo apta para personalidades sólidas.

‘Rancional’

Vivimos instantes de juventud, fases de madurez y ciclos de asentamiento. Pero ni el orden es ese, ni la duración se estira con los años. Hay revoluciones y contrarrevoluciones en nuestro crecimiento, que alegran la vida, la destruyen o la transforman en un sainete. Veo en mi trabajo, cada día, a mayores que rebosan niñez. Al salir, me cruzo en la calle con jóvenes llenos de arrugas en sus ilusiones. Decimos que atravesamos una mala racha, si no estamos a gusto. En cambio, si disfrutamos, estamos en nuestro mejor momento. Se nos hace más largo lo que nos disgusta.

Físicamente, el momento es una medición de la masa en movimiento. Psicológicamente, el momento es un instante que dura lo que nos venga en mente. Esto lo convierte en la unidad de tiempo más flexible. El tiempo es relativo, no porque lo afirmara Einstein, sino porque está lleno de momentos. Aprovechar cada uno de ellos forma parte de ese ser racional que somos. Pero si nuestra personalidad se queda anclada en la nostalgia de un momento, lo que se raya es el comportamiento. Lo añejo excede su maduración y la conducta de una persona sabe más que el tocino rancio.

Es el momento cumbre en el que un ser racional se convierte en rancional. Un rancio actualiza permanentemente su conducta, para que siga estando pasada de moda. Lo que exige un esfuerzo que no suele ser reconocido.

El futuro llega tan rápido que es difícil permanecer vigente en el pasado. Nos podemos comportar de forma viejuna, pero los mecanismos del pensamiento no envejecen. El razonamiento es una antigüedad evolutiva de nuestro cerebro. Pero las ideas sí pueden ser antiguallas mentales. La irracionalidad provoca artritis cognitiva. Hay virus muy peligrosos y contagiosos, como las religiones, que causan mutaciones rancias del pensamiento humano.

Las canas en la forma de pensar surgen en la madurez y son naturales. En cambio, la caspa ideológica que acompaña al exceso de grasa retrógrada, sugiere una enfermedad que impide o dificulta cualquier avance social. Hay tumores rancios, como el fascismo, que es necesario extirpar si no queremos sufrir involuciones autoritarias.

La libertad impide que las sociedades se vuelvan rancias. Existen, también, ideas que huelen y saben al rancio podrido de la corrupción, aunque lo disimulan con apariencia popular. El odio político es rancio por definición, ya que la democracia da cabida a todos los demócratas.

Esta semana llegaba hedor a rancio, desde el Congreso, en un nuevo guiso en común del PP y ERC contra la cocina del Gobierno. La jugada les salió mal y los ciudadanos (también los que votaron al PP y a los independentistas catalanes) nos beneficiaremos de medidas sociales y económicas para mitigar el impacto de la guerra de Ucrania. De nuevo, MacGyver Sánchez ha desactivado las bombas conservadoras, desquiciando a populares y rufianes.

Al PP y a Vox no les salen las cuentas, por muy Pegasus que voten. En fin, ya saben el dicho: «mal de fachas, consuelo de todos».

En Aragón los datos de empleo son un ejemplo. Somos la segunda comunidad autónoma con la tasa más baja de toda España. El paro juvenil está más de diez puntos por debajo de la media nacional. Mucho, y no solo algo, se está haciendo bien desde el Gobierno. Aun con todo, el desempleo entre los mayores de 40 y 50 años sigue ofreciendo números preocupantes. Junto a estas cifras, podemos presumir de unos Servicios Sociales en Aragón, que son un pilar fundamental de un bienestar envidiable. La V Edición de los Premios Cuarto Pilar, con Joaquín Santos de protagonista representativo, fue un reflejo de compromiso, eficacia y servicio público. Lo destacó Javier Lambán y así lo concretan unos presupuestos, y unos programas desde el IASS, con un futuro lleno de inversiones económicas y sociales.

Tiene motivos don Javier para criticar por rancios a los que se oponen al estado de bienestar, eliminando los impuestos que lo sustentan. El frente rancional, de PP y Vox, huele a rancio por muchos motivos. Sobre todo, por racionar y recortar derechos. Ya lo dice el refrán: «Feijóo y Abascal, tocinos rancios y duros de mascar».

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