Una semana demasiado larga y poco racional

El Periódico de Aragón

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Se acabó la semana con dos festivos intercalados un martes (día de la Constitución) y un jueves (la Inmaculada) que ha provocado una irreconciliable divergencia del calendario escolar con el laboral. Jornadas festivas de apertura comercial –comenzaron el pasado 25 de noviembre con el Black Friday– que se extenderán hasta el día de Navidad. Un mes completo con los comercios abiertos a diario.

Por lo menos y pese al tren de borrascas que ha dominado este puente, los responsables de las estaciones de esquí del Pirineo aragonés están lo suficientemente «satisfechos» con la afluencia a las pistas. Los alcaldes de Sallent de Gállego y de Aínsa también se dan por satisfechos con una ocupación hotelera media que ha llegado al 70% de su capacidad con una primera parte del puente más tranquila y un final de semana más movido.

En el resto de Aragón, donde no existe el turismo de nieve, la ocupación ha sido muy desigual. En Sos del rey Católico el primer fin de semana se rondó el 50% de ocupación y el segundo descendió notablemente. Los establecimientos de turismo rural también han pinchado en el segundo tramo del puente. Los bares y restaurantes han funcionado bien gracias a las familias que poseen segundas residencias. Desde luego no se han producido aglomeraciones ni se han visto carteles de «completo» como en el puente de noviembre.

La meteorología adversa y el contexto de incertidumbre económica en el que nos encontramos tampoco han ayudado. Esta semana de iniciar y parar la actividad deja poco espacio para armonizar el calendario laboral y el escolar. Un sinsentido que va contra la conciliación familiar y también contra la productividad de muchas empresas. En algún momento se tendrá que regular la distribución de los festivos y no dejarlos al albur del calendario. El año que viene no se producirá esta situación porque varias fiestas coincidirán con el final o el principio de la semana. En diciembre, eso sí, habrá otro acueducto de cinco días. La última vez que la disposición de los festivos fue como la de este año sucedió en 2016 con un balance turístico muy parecido: las estaciones de esquí abrieron, hizo mejor tiempo y los visitantes llegaron al Pirineo de forma escalonada, con una marcada tendencia de menos a más a medida que avanzaba la semana. Benasque registró una ocupación hotelera del 80% y Jaca y su comarca del 50%.

Tal vez lo más atípico de este macropuente haya sido ver la eliminación de España en octavos y poder disfrutar de los enfrentamientos de cuartos de final de un Mundial de fútbol. Eso si que no había ocurrido nunca en estas fechas.

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