TERCERA PÁGINA

Solo para descreídos

Seremos aquello que con nuestro esfuerzo y con buenos gobernantes queramos ser

Vicente Guillén

Vicente Guillén

Hace unos 1.600 años, en Roma se produjo una de las controversias que han llegado a nuestros días. Un predicador llamado Pelagio, procedente de las islas británicas, fustiga las costumbres disolutas de los ricos romanos y les pide que obren atendiendo a su salvación, que renuncien a los placeres de la carne y que repartan sus riquezas entre los pobres. Su destino está en sus manos, y ellos son los responsables de todas las debilidades.

Agustín, obispo de Hipona, dedica su vida a la Iglesia. Al ver que Pelagio no le otorga un papel especial, que recomienda que los ricos repartan directamente entre los pobres en lugar de confiarlos a los representantes de Dios en la tierra, sólo puede desconfiar y refutará hasta el final de los días el pelagianismo.

Pero no es a esta controversia doctrinal a la que quiero referirme, es más bien a aquellos que desconfían de la política o que se ven imbuidos en el desapego de la política por aquellos poderosos que no necesitan la intermediación de lo público para conseguir sus fines en la sociedad actual.

Son esos poderosos los que más fomentan la desafección pagando periodistas, promocionando programas que incitan al miedo, a la inseguridad o a la incertidumbre en la sociedad.

Hace unos días conocimos que Sálvame, programa de rojos y maricones –la derecha dixit–, desaparece de la parrilla de Tele 5 y el programa de Ana Rosa sigue esparciendo miedo, temor e inseguridad, hasta ahora por la mañana, a partir de ahora, por si fuera poco, por la tarde.

España es un lugar inseguro, cuando la realidad es que es uno de los países de menor tasas de homicidios del mundo (0,61 por cada 100.000 habitantes en 2021) y Aragón es la cuarta comunidad más segura. España va mal pero se han creado más de 420.000 empleos en los cuatro primeros meses y los empresarios y sindicatos han llegado a un acuerdo histórico para la subida salarial.

Todo va mal, pero tenemos 20,6 millones de afiliados en la Seguridad Social y las pensiones de nuestros mayores han crecido un 8,5%, es decir 8,25% más que si hubiera gobernado el PP.

Este Gobierno es un desastre, pero si esa cifra de afiliación la hubiese alcanzado los gobiernos del PP hoy fumarían todos en pipa, serían ellos el milagro económico. La culpa de la pandemia la tiene Lambán, pero su gobierno ha reducido en un 45 % el paro desde 2015 y en los próximos años se van a generar 20.000 empleos nuevos hasta llegar al pleno empleo.

En España se pagan muchos impuestos, pero la derecha subió con Rajoy más de 30 impuestos.

En España hay mucha deuda, pero el PP la incrementó en más de 418.622 millones de euros, un 46%.

Soy consciente de que a los creyentes, desde el punto de vista político, digo, les dará igual esta reflexión. Por eso me dirijo a los descreídos para que piensen que no todos gobiernan igual, que la democracia lo único que no necesita es desmesura y que la verdad y la razón son el camino.

Hagan lo que ustedes deseen pero huyan de la sinrazón, de los extremos, de la intolerancia y piensen que seremos aquello que con nuestro esfuerzo y con buenos gobernantes queramos ser. Todo depende de nosotros y de nuestro acierto al elegir.

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