EL MIRADOR

La naturaleza es nuestra aliada para subsistir

Carmen Pérez Ramírez

Carmen Pérez Ramírez

La naturaleza viva es una fuente indiscutible para combatir lo que tanto nos preocupa sobre el cambio climático, aun así las conocidas cumbres sobre la acción climática, que deberían conseguir acuerdos internacionales sobre la preservación de la biosfera reduciendo los agentes tóxicos o las deforestaciones, poco hacen, nunca llegan a acuerdos unánimes por lo que el deterioro de nuestro ecosistema sigue avanzando. Dicen que la naturaleza es muy sabia, y lo es, se revela comunicándose desde hace años con intensas inundaciones, con catastróficos huracanes y con olas de calor que superan los pronósticos. La pobreza aumenta cuando se produce hostilidad entre la humanidad y la naturaleza. Siendo que las soluciones están basadas en acciones que protegen los ecosistemas, si se gestionan de manera sostenible son la vía de acceso a eliminar el riesgo de desastres y, lógicamente, repercuten positivamente en el desarrollo económico. Si de cerca conseguimos actuar aportando sostenibilidad y respeto con nuestro hábitat, no será poco sino mucho lo que se puede lograr.

No era entendible que, desde el Gobierno de Aragón, se produjera un empecinamiento político del proyecto de unir las estaciones de esquí de Formigal, Astún y Candanchú en el Pirineo de Huesca a través de Canal Roya. Esto conllevaba intervenciones en la naturaleza del todo agresivas. Las manifestaciones y declaraciones de la ciudadanía han sido unánimes y contundentes en expresar el tremendo error que podría ser. Es sabido que existe incompatibilidad cuando se crean destinos turísticos en los que la naturaleza se utiliza como reclamo. Tenemos ejemplos de muchos lugares del planeta en los que se da este deterioro, son gobiernos que no ven más allá de negocios turísticos sin medidas razonables para mantener lo que generosamente la naturaleza les da. Esto es pan para hoy y desgracia para mañana. Rectificar es de sabios, un aforismo que se puede aplicar para el Gobierno aragonés cuando al final decide rechazar la unión de estaciones por Canal Roya, este cambio se hace extenso y se celebra. Las declaraciones del vicepresidente Arturo Aliaga, días después de las protestas ciudadanas, se centraron en que «pasemos página. No vamos a hacer proyectos contra la voluntad del territorio».

Se podría entender como un acto de buenas intenciones, pero habría que tener en cuenta que con los 26,4 millones de fondos europeos, destinados a invertirlos en una lista de proyectos con objetivos turísticos, deberían ser de riguroso cumplimiento que los elegidos acaten las condiciones de lo que significa un turismo sostenible –un concepto que vende bien pero sigue siendo un tanto difuso–, para ello es imprescindible que los proyectos se basen en mantener el compromiso de preservar el medio ambiente y el ecosistema para que contribuyan a lo que se pretende: generar ingresos y empleo para la población local, pero con una sostenibilidad permanente. Mientras Aliaga selecciona propuestas podemos gozar de otra visión que siempre nos ha dado el planeta a través de grandes pintores. Busquemos algo más allá en las obras de Camille Corot en su obra Ville d’ Avray o en la de Ernst Kirchner: Nude in Orange and yellow y veremos lo que es capaz de transmitir la naturaleza.

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