Amor al español

Carmen Bandrés

Carmen Bandrés

El lenguaje es un medio básico e idóneo de expresión para trasmitir emociones y sentimientos, de tal forma que la conversación es el vehículo esencial para relacionarnos y para compartir opiniones e ideas, lo cual implica una seria responsabilidad a la hora de usar nuestro idioma, una de las tres hablas capitales del planeta. Ello nos obliga a evitar errores de comunicación, fuente de equívocos e incluso disparates reiterados y de potencial trascendencia, aún de mayor gravedad cuando se plasman por escrito.

La aportación aragonesa al español actual es elevadísima, tanto de carácter gramatical e histórico, como en lo relativo a su base léxica, bastante más amplia de lo que suele suponerse. También es más que notable la contribución contemporánea de eminentes lingüistas, con mención especial de Lázaro Carreter y Manuel Alvar, a cuyo homenaje se dedicó el pleno extraordinario de la RAE celebrado en la Aljafería el pasado 11 de mayo, en el cual así mismo estuvo presente Jose Manuel Blecua, ex director como los anteriores de la Academia. En el acto quedó muy patente la dedicación de todos ellos al engrandecimiento de nuestra lengua, así como su tenaz labor en pro de un uso correcto del español, tanto en las aulas como por parte de los profesionales de la comunicación. Si Manuel Alvar nos legó sus numerosos estudios lexicográficos y atlas lingüísticos, entre ellos el aragonés, así como una obra tan entrañable como El habla del campo de Jaca, a Fernando Lázaro Carreter debemos agradecer sus manuales escolares, omnipresentes en la enseñanza secundaría, y un libro de enorme prestigio, relevancia y difusión: El dardo en la palabra, obra en la que denunciaba con sutil ingenio y rigor las transgresiones idiomáticas más notorias, con habitual presencia incluso en boca y redacción de especialistas muy cualificados.

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