Lambán, la Fiscalía y las renovables

Álvaro Sierra

Álvaro Sierra

Lo que está aconteciendo a la expansión de las renovables en Aragón está siendo la guinda a la campaña electoral: entre sombras de irregularidades, una autocrítica de postureo y la amenaza de elevar el asunto a la Fiscalía. Si hasta ahora Aragón era ejemplo de la producción de renovables, la negra sombra de su expansión puede ser el primer capítulo de una secuela política y judicial de largo recorrido.

El señalamiento de funcionarios del Inaga a la caza de brujas emprendida contra los trabajadores que niegan proyectos de renovables por su inviabilidad o la ausencia de criterio técnico es sólo el principio. La rueda de prensa del director del Inaga como escudo protector de su partido, el PSOE, en plena campaña resulta penosa. Las aseveraciones de Azcón y Guitarte en contra del modelo que ha emprendido el PSOE ya es una declaraciones de intenciones, a pocos días del 28M. Supone un punto de inflexión: ambos hablan de un plan repleto de irregularidades, aluden a llevar el asunto a los tribunales y señalan el trato de favor a Forestalia.

Porque la expansión de los parques de renovables no sólo está generando un malestar en las zonas afectadas por su impacto; sino que va camino de tachar como desorbitado y megalómano el planteamiento. Lo que resulta de interés común en plena transformación de la economía, puede terminar siendo un desastre por su nefasto planteamiento. Después de ocho años de gobierno PSOE-CHA, la autocrítica no es suficiente. Los abusos tolerados desde la DGA tienen una responsabilidad clara. Hay decenas de proyectos que están troceados para no pasar el filtro del Mitma. O la relación directa de Forestalia como juez y parte, al ser promotor de mega parques y a la vez contratar a consultoras que trabajan para la DGA. Hay que poner orden.

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