FIRMA INVITADA

Los falsos alarmistas

Verónica Villagrasa

Verónica Villagrasa

Llevamos un tiempo siendo testigos de determinados mensajes que crean alarma, miedo e inquietud. Mensajes que son manipulaciones de la realidad y que faltan a la verdad. Una técnica utilizada desde hace mucho para mantener a las masas bajo control. Por desgracia, calan hondo y, por lo general, la sociedad reacciona ante este temor con el rechazo.

Y esto es lo que está sucediendo en Huesca con un fenómeno que, si bien es cierto que existe en nuestra ciudad, también es cierto que no es tan intenso como aquellos a los que les interesa propagar. El fenómeno al que me refiero es a la okupación. Como digo, no es un fenómeno novedoso en nuestra ciudad. Tampoco es un fenómeno que nos deba llevar a la máxima de las preocupaciones, aunque sí que nos debe ocupar algo de nuestro tiempo (el que nos cueste leer este artículo de opinión) por varios motivos:

El primero, porque con los datos oficiales disponibles, es una situación que en Huesca tiene un impacto muy pequeño en la actividad judicial, esto significa que los procedimientos judiciales que se relacionan con la okupación no son muchos.

En segundo lugar, porque en la mayoría de las situaciones en las que se da una situación de okupación, por un motivo o por otro, hay algún servicio público detrás dando el soporte que esa familia necesita para salir adelante, ya sea educativo, social o sanitario. Lo importante es que cuentan con apoyo profesional para superar esa situación.

En tercer lugar, porque, aunque sus tiempos sean largos, el sistema judicial está disponible para revertir estas situaciones y, en caso de conocer una situación de ilegalidad, es obligación de cualquier ciudadano trasladarlo a las autoridades judiciales.

Y, por último, la sociedad civil, la ciudadanía, sí podemos hacer algo ante esta situación. En mayor o menor medida, está en nuestras manos no alimentar bulos sensacionalistas que persiguen alimentar el miedo; está en nuestras manos ser responsables y evitar alimentar los abusos del mercado del alquiler; está en nuestras manos confiar en la profesionalidad de aquellas personas que en su día a día labora y dentro de su compromiso profesional se dejan la piel trabajando con estas familias que se han visto abocadas, por decisión propia o ajena, a una situación de este tipo.

Lejos de mensajes alarmistas, propuestas xenófobas y bulos que provocan terror, luchemos y defendamos una información clara y certera, reclamemos unos mejores servicios públicos, y demandemos el incremento en las inversiones en vivienda pública de alquiler y, sobre todo, el respeto a la dignidad de las personas.

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