Terapia contra el cáncer

Carmen Bandrés

Carmen Bandrés

El cáncer mantiene todavía hoy cierta aureola estigmatizadora e incluso condenatoria, a pesar de un índice muy elevado de curación, especialmente cuando se detecta de forma temprana. Sin duda, perviven viejos fantasmas del pasado, de un tiempo no muy lejano cuando el diagnóstico de esta dolencia implicaba una sentencia letal, que rara vez se podía eludir. Quizá por ello, tampoco somos capaces de esquivar una espinosa tendencia a asumir sin apenas cuestionarlo cualquier procedimiento que prometa sanación, por absurdo que pueda parecer. Pero, sin menosprecio de las medidas preventivas propias de una conducta que englobe dieta saludable y ejercicio físico adecuado, deberíamos pensar que no existen alimentos milagro ni terapias prodigiosas, más próximas a la superstición y charlatanería que a la verdad científica.

Juan Fueyo, profesor de neuro oncología del MD Anderson Cancer Center de Houston y neurólogo internacionalmente reconocido en la investigación sobre el cáncer, advierte acerca de la peligrosidad de recurrir a sospechosos procedimientos ajenos a lo científicamente establecido. Así mismo, afirma que en nada ayudan al paciente todos los prejuicios en torno a esta enfermedad, que no ni es mucho menos la peor ni la más devastadora, pero sí la de peor reputación y sujeta a un rotundo lenguaje peyorativo en el discurso cotidiano. Fueyo también señala que una buena actitud positiva frente a cualquier padecimiento puede ser de mucho valor e implicar gran alivio, pero la voluntad por sí sola es incapaz de lograr el pleno restablecimiento, algo que gracias a la investigación oncológica se hace cada día más factible y transformará el cáncer en un trastorno crónico muy llevadero, en franco contraste con la extrema carencia de recursos dedicados a las enfermedades raras, poco estudiadas por su escasa rentabilidad.

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