Opinión | Sala de máquinas

Estraperlo

Uno de los factores que tornan más doloroso aún el caso Koldo García es su operativo en plena pandemia de covid-19, en el año 2020. No fueron los supuestos cómplices del presunto conseguidor del equipo de Ábalos los únicos empresarios, comisionistas o sinvergüenzas que se lucraron a costa de las necesidades y urgencias de la epidemia. Los hubo en el PP y puede que sigan apareciendo en otros ámbitos, a medida que afloren sus inexplicables enriquecimientos.

Esa clase de cruel agravante, esto es, cuando los fraudulentos proveedores actúan con un frío y despiadado interés, valorando el lucro personal por encima del bienestar colectivo, repugna particularmente a una opinión pública que se indigna con razón. Antiguamente, a este tipo de canallas se les solía llamar «estraperlistas». Practicaban el estraperlo, o enriquecimiento ilegal o coyuntural en medio de una guerra, hambruna o catástrofe sanitaria.

Ejemplos en las novelas de espías y en la realidad hay miles y más que habrá. ¿Recuerdan a Orson Welles en El Tercer Hombre? Era estraperlista de penicilina adulterada. ¿Recuerdan a Lerroux? En 1935, su gobierno cayó porque la banca siempre ganaba al straperlo (una ruleta que dio origen al término). El mercado negro, el comercio ilegal y clandestino con artículos de primera necesidad en tiempos de escasez ha sido el caldo de cultivo de esta especie de desalmados estafadores.

Al margen de tales consideraciones, el caso Koldo comenzó a forjarse en el momento en que alguien, dentro del aparato socialista, consideró que un portero de burdel, un vulgar matón rodeado de vicios y de malas compañías podía ser asesor de un ministro, consejero de instituciones estatales, depositario de altos acuerdos, o entrar a las sedes del partido y del Congreso de los Diputados como Pedro por su casa. Es imposible que Ábalos no conociera sus actividades –y de ahí su responsabilidad, que podría ir, por ver está, de su caída en desgracia como político a un delito de encubrimiento–; del mismo modo que es muy poco probable que Pedro Sánchez estuviera al tanto.

El PSOE ha cerrado en falso esta crisis. Desde el Grupo Mixto, Ábalos puede hacer mucho daño vendiendo de estraperlo secretos de partido en la guerra política.

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