Opinión | SALA DE MÁQUINAS

Secretos de un matriarcado

Muy cierto es que en las novelas de crímenes sus autores suelen emplear bastante tiempo en el diseño de tramas con trampas incluidas, imaginando grandes escenarios y enrevesados y homicidas móviles para abatir a personajes de las finanzas, de la realeza o de la alta sociedad con ejecuciones de lo más sofisticadas, a fin de deslumbrar a los lectores con el poderoso despliegue del mal.

Sin embargo, para rematar un buen argumento no haría falta ni siquiera salir de la casa de uno, de su bloque de vecinos, de su misma familia. Dándose en esos reducidos círculos elementos suficientes para perturbar la convivencia hasta extremos dramáticos, con trágico final.

Es lo que sucede en La matriarca (Suma) la nueva novela de Pablo Rivero, excelente y popular actor que viene aportando títulos muy interesantes, según una versión propia del género negro.

La matriarca transcurre en un edificio de apartamentos de la periferia madrileña. Su propietaria, una mujer mayor, inteligente y maniática, en perfecto uso de sus facultades, presidirá, por una parte, una familia compuesta por tres hijos que dependen de ella en buena medida; y, por otro lado, controlará la comunidad de vecinos del bloque del que es propietaria, pagándole un alquiler buena parte de sus inquilinos.

La brusca irrupción de muertes violentas que afectarán a ese tipo de mujeres mayores, dominantes, solitarias, hará virar el rumbo de La matriarca hacia las sospechas de una criminalidad seriada con retorcidos propósitos económicos. ¿Por qué, si no, eliminar de pronto a unas ancianas a las que, por su edad, no puede restarles mucho tiempo de vida?

Será esa pregunta, y otras derivadas, la que una y otra vez se formulen las dos mujeres policías que estarán al frente de la investigación. Representativas las agentes Candela y Sandra de dos generaciones de mujeres valientes, enfrentadas con peligro al delito y al crimen. Su capacidad de percepción y análisis será clave a la hora de profundizar en la familia y en el pasado de Felicidad, matriarca, patriarca, matrona y madrina de un papel al que el autor ha sabido sacarle todo su jugo.

Novela negra claustrofóbica, doméstica, españolísima y muy recomendable, en especial para los lectores jóvenes.

Suscríbete para seguir leyendo