Opinión | el artículo del día

Meditaciones en un jardín japonés

Lo que florece no es la capital aragonesa sino la ocurrencia, el esperpento y el despilfarro

¡Zaragoza florece!, ¡Hola, primavera! En cuanto los primeros rayos solares parecen imponerse al invierno de nuestro descontento, a la alcaldesa Chueca (corrector, cuidado con la C) le entra el prurito estacional y quiere llenar Zaragoza de flores, plantas y delirios. A esa pulsión responden las campañas (¿o campiñas?) ¡Zaragoza florece! y ¡Hola, primavera! También, los disparates consecuentes como cubrir 1.200 metros cuadrados de la plaza del Pilar con césped artificial, en la mejor demostración de que lo que florece no es la capital aragonesa sino la ocurrencia y el esperpento. Desde los tiempos en los que Rudi -decoradora que ocupó la Casa Consistorial– no se veía un despliegue tan floral. Y para completar el círculo ya tenemos listo en el parque Labordeta un jardín japonés, que nos conectará, además de con la geografía y topografía niponas, con la cosmología de la religión sintoísta. ¡Kon’nichiwa, Kioto!

Así, entre geranios, azaleas y cerezos podremos meditar sobre el mencionado invierno de nuestro descontento que ha transformado la cultura tecnológica de Etopia en un centro comercial-empresarial y la cultura barrial de la Harinera en no sé sabe qué demonios (con el tiempo caerán ciclos y festivales modestos). Es la consecuencia de tener como socios a los cafres de Vox: que hay que tragar con sus cacicadas y sustituir una política de derechas medianamente seria por juegos florales y otras vainas que no despierten a la bestia. Una, a sus plantitas, el otro (el presidente Azcón), a sus declaraciones diarias sobre lo que considera la deriva de las Españas. Agarrado por los bajos por compañeros de viaje como el vicepresidente-rompe folletos del Ramadán- Alejandro Nolasco, Azcón, que ejerce más como aspirante a ministro que como responsable del Gobierno de Aragón, atraviesa diariamente los informativos con el mantra de la amnistía o lo que se tercie, así le interroguen sobre la visita de Sánchez a Cuelgamuros o sobre el bosón de Higgs, cuyo descubridor, por cierto, acaba de fallecer.

Con Vox ya se sabe: oye la palabra cultura y se echa la mano a la bragueta. Pero esperábamos de algunos ilustrados populares algo más de alegría. El Gobierno de Aragón se estrenó en agosto de 2023 y en lo referente a cultura aún no ha abierto la boca. Bueno, sí, Pedro Olloqui, director general de Cultura que hizo el tránsito desde Izquierda Unida al pesebre del PP, impulsado por los que realmente mandan, aparte de parecerse cada día más a Risto Mejide, ha dicho no a la creación de una orquesta sinfónica en Aragón y prepara algunos fastos sobre Goya y la Cartuja de Aula Dei. Y ya está. Hablo de Olloqui porque se supone que es quien corta y pincha en un departamento cuya triconsejera debe de estar muy ocupada con Presidencia e Interior.

Bueno, pensándolo bien creo que no soy justo con la risueña alcaldesa: echa el cerrojo a Etopia y la Harinera, pero trae a Zaragoza la ceremonia de entrega de los Premios de la Música Independiente (no me parece mal, pero si se trata de esa cargante mandanga de «poner a Zaragoza en el mapa», les recuerdo que en Sevilla han tenido los Grammy) y apoya la celebración del Vive Latino Zaragoza, festival nacido en México, como saben, a cuya edición de este año, tal vez impulsado por el espíritu de la hispanidad, ha acudido Jorge Moncada, director general de Turismo, a vender a los chilangos las montañas nevadas de Formigal y Astún, esa estación de esquí que los amos del ladrillo devolvieron al Gobierno de Aragón. ¿Y por qué les digo lo de la hispanidad? Pues porque en el convenio firmado entre la organización del Vive Latino y el Ayuntamiento de Zaragoza se dice, textualmente, que el festival se hace aquí por disponer la ciudad «de una trayectoria latina mundialmente reconocida a través de la Virgen del Pilar, patrona de la Hispanidad y de su festividad el 12 de octubre». ¡Qué arrebato de fervor mariano!

Vaya tango, señores. Ya se cantó antaño en el famoso Garufa: «Vos sos un caso perdido / tu vieja dice que sos un bandido / porque dicen que te vieron / la otra noche en el parque japonés». ¡Dale, bacana!

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