Opinión | EL ARTÍCULO DEL DÍA

Marcos Andrés

Críos obesos y pobres

España está entre los países con mayor obesidad infantil de Europa con nuestra apreciada dieta mediterránea

El resumen es que los aragoneses tenemos pocos críos y que además cuando los hay, tienen más posibilidades de presentar sobrepeso y obesidad. Sabemos que en Aragón y a falta de nuevos datos desde el año 2017 gracias a la Encuesta Nacional de Salud, de entre los menores de 17 años, el 18,2% está con sobrepeso y el 2,5% tiene obesidad. Mal dato sabiendo que están en un momento crítico de su desarrollo. Y si hacemos distinción por sexos entonces descubriremos que si son crías, tienen un 6,42% más de posibilidades que sus homólogos masculinos de presentar sobrepeso y un 1,88% más de padecer obesidad. Pobres crías.

Asimismo los datos que arroja el estudio Aladino del año 2019, elaborado por el Ministerio de Consumo y la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición parecen apuntar a que esta situación puede agravarse en los próximos años. Quién iba a decir que España iba a estar entre los países con mayor obesidad infantil de Europa con nuestra apreciada dieta mediterránea, transformada ahora en desayunos a base de bollería industrial y comiendo una vez por semana en establecimientos de comida rápida. ¿Y por qué no quitar también esa hora de deporte por habituarse al sedentarismo de ver TikToks en casa? Supongo que por esto nos han premiado con el Jacardi, un programa que «pretende reducir la carga de las enfermedades cardiovasculares y la diabetes en los países de la UE, tanto a nivel individual como social».

Según han anunciado, el Jacardi aterrizará en Aragón de la mano de un proyecto piloto para centros educativos con una dotación presupuestaria de 194.320 euros. Y está muy bien para empezar, pero mientras vamos formando al profesorado para concienciar a los menores y sus familias sobre cómo llevar una mejor dieta y consideramos cómo vamos a recopilar los datos sobre sus hábitos de vida, el Justicia de Aragón nos alerta en su último informe anual sobre infancia y adolescencia de que «se ha producido un incremento significativo de la tasa de pobreza relativa en menores de 0 a 17 años, con relación al año anterior, pasando de una tasa del 21,34 a 24,93%».

¿Y qué tiene que ver la pobreza con la obesidad infantil? Seguro que muchos saben la respuesta: hay suficientes datos que muestran que las familias más humildes dedican un menor porcentaje de su ya limitada renta a ocio, cultura o educación y, por contra, destinan mayor porcentaje de su renta a vivienda y alimentación. La inflación y el incremento constante de los precios tanto de la vivienda cómo de los alimentos en éstos últimos años asusta. Asusta porque es irrenunciable para cualquier familia comer y tener un techo bajo el que cobijarse independientemente de su vulnerabilidad, renta o ingresos. Los hogares vulnerables están obligados a dedicar una mayor proporción de sus recursos a ello.

En el último informe sobre ingresos y gastos de las familias de la Fundación Foessa nos llegan a decir claramente que la compra de estos alimentos supone el 16% de los gastos que tienen las familias en el Estado español, pero si bien los hogares con más recursos destinan 1 de cada 10 euros para alimentación, las familias con menos recursos dedican 2 de cada 10 euros disponibles. Y a pesar de ese mayor gasto, no se garantiza que puedan permitirse una alimentación suficiente o adecuada. A esto hay que añadir que, según la Encuesta de Condiciones de Vida del INE, el 5,4% de las familias en el Estado español no pueden permitirse alimentación que incluya carne, pollo o pescado (o su sustitutivo vegetariano) al menos una vez cada dos días.

Está muy bien concienciar a las familias más vulnerables sobre alimentación y enseñarles a gestionar mejor sus gastos, pero mientras lo hacemos, vamos a repensar qué nos falta para garantizar que todos los hogares en Aragón tengan una alimentación adecuada. Un spoiler: sin el acceso a una vivienda adecuada, un empleo de calidad con salarios y condiciones laborales dignas para los adultos, así como una fiscalidad justa que permita tener una educación, sanidad, servicios sociales y otras ayudas suficientes para todas las personas independientemente de que se encuentren ante circunstancias económicas adversas o limitaciones personales, será más probable que los críos aragoneses puedan acabar con sobrepeso u obesidad.

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