«Estoy convencido de que esta semana les toca mojar a Nano Mesa y Álvaro Giménez. Y si no, que la meta un defensa. Aquí de lo que se trata es de ganar el partido. Evidentemente, los jugadores más cercanos a la portería rival son los delanteros y tienen más posibilidades de meter el gol, pero luego también está el balón parado o alguna acción de transición. En ese aspecto estamos convencidos de que cualquier jugador puede lograr goles». La frase pertenece a Juan Ignacio Martínez, técnico del Real Zaragoza, y fue pronunciada el 29 de octubre en la rueda de prensa previa al partido que, 48 horas después, enfrentaría al conjunto aragonés con el Mirandés en La Romareda. Eran otros tiempos, los peores del entrenador alicantino al mando de un equipo anclado a la zona de descenso y lastrado por su incapacidad para marcar goles y conseguir victorias. Apenas un par de semanas después, todo ha cambiado radicalmente.

Aquella profecía de JIM se ha cumplido a rajatabla. En los cuatro encuentros que se han disputado desde entonces siempre ha marcado uno u otro. O Álvaro o Nano Mesa. El ilicitano ha logrado tres y el canario dos. JIM acertó. La sequía de los delanteros del Zaragoza terminó aquella noche de brujas. 

Fue Nano Mesa el que rompió el maleficio. El canario, que apenas ha actuado de delantero (solo ante el Huesca) y casi siempre ha formado en la banda (sobre todo en la izquierda) no tardó ni un minuto en pregonar a los cuatro vientos que el mal fario era historia. Su tanto ante el Mirandés, que empataría la contienda en el descuento por mediación de Brugué, fue algo más que un gol. Fue el comienzo de todo.

Álvaro, el delantero de referencia fichado en el mercado veraniego, no pudo elegir mejor partido para inaugurar, al fin, su cuenta anotadora. Porque su precioso tanto en Burgos, en el tramo final del choque, catapultó a un Zaragoza que se reencontraba, casi dos meses después, con la victoria. Fue, además, en un partido flojo de los aragoneses, que, con ese tanto con la derecha del ilicitano, se desató al fin.

Ante el Sporting, apenas tres días más tarde, fue, de nuevo, el turno de Nano Mesa. Otra vez, como había sucedido ante el Mirandés, el gol del canario estuvo presidido por el suspense ya que, inicialmente, fue invalidado por el asistente por un supuesto fuera de juego que el VAR desmintió en ambas ocasiones. Era la sentencia (2-0) tras la diana inicial de Borja Sainz. Los delanteros del Zaragoza seguían en racha.

El partido de Álvaro

Pero fue en Las Palmas, sin Nano Mesa por sanción, donde se celebró el gran lanzamiento de un Zaragoza capaz de remontar al todopoderoso Las Palmas, el mejor local de la categoría e invicto en su estadio hasta que aparecieron por ahí los aragoneses, liderados por el olfato goleador de Álvaro Giménez, autor de un doblete que el delantero alicantino no lograba desde el 8 de junio de 2019 en la temporada en la que se proclamó máximo artillero de Segunda tras marcar 20 tantos con el Almería. Entonces, su víctima fue el Albacete. El pasado sábado, Álvaro se convirtió en el segundo máximo goleador zaragocista con tres tantos en su haber, solo superado por Vada (4). Nano Mesa, Borja y Narváez llevan dos.

El doblete de Álvaro fue la obra de un delantero puro. Un rematador que está en el sitio preciso para mandar a la red dos balones en las inmediaciones del área pequeña. El primero, tras un disparo errático de Narváez que el alicantino desvió con precisión y el segundo, al cabecear un centro de Bermejo desde la derecha. JIM tenía razón. Su profecía se ha cumplido.