El Grupo Orlegi, el inversor más importante en el fútbol mexicano, ha realizado una oferta para hacerse con el Real Zaragoza. La propuesta, presentada hace poco más de un mes, se basa en la adquisición del 91% de las acciones del club aragonés, una condición sine qua non para que la operación pueda llevarse a cabo.

Se trata de uno de los grupos más poderosos del fútbol mexicano. Presidido por Alejandro Irarragorri, posee el Santos Laguna, el Atlas, de Primera, y el Tampico Madero, de Segunda

De este modo, el grupo inversor pretende hacerse con todo el paquete accionarial de la Sociedad Anónima Deportiva salvo el correspondiente a pequeños accionistas. Esta propuesta se está negociando con la familia Alierta, con Juan Uguet en concreto, aunque habría otra posible vía más traída por los accionistas mayoritarios, mientras que Fernando de Yarza y Juan Forcén, dos de los accionistas principales no mayoritarios, han negociado una propuesta con un fondo americano que no estaría supeditada a la permanencia y que implicaría sobre todo financiación para la deuda de la SAD, que ronda los 68 millones de euros.

Orlegi impone dos condiciones básicas. La primera, que la compra sea por el 91% del accionariado y la segunda, que el equipo zaragocista esté, al menos, en Segunda

Orlegi, cuyo presidente es Alejandro Irarragorri, posee tres clubs mexicanos (Atlas y Santos Laguna, de la máxima categoría, y el Tampico Madero, de Segunda), pero quiere implantarse en España, además de mirar también a la Premier, y está decidido a comprar el Zaragoza con el objetivo de reflotar el club y dotarle de fortaleza económica, aunque también han explorado otros equipos en la Liga y en concreto en Primera. Según fuentes próximas al proceso de negociación, fue el propio grupo inversor el que se puso en contacto con la familia Alierta, accionista mayoritario, para hacerle llegar una oferta e iniciar un proceso que se ha acelerado en las últimas semanas, si bien la división interna que impera en el Consejo de Administración y la existencia de otras vías preferidas por los consejeros Yarza y Forcén estaría demorando más un acuerdo que aún no existe.

De hecho, los dos bandos en el consejo son el principal escollo en una operación que exige la compra de todas las acciones, pero, por un lado, mientras parece claro que la familia Alierta estaría por la labor de vender su parte y salir de la entidad, la voluntad del resto del accionariado, con esa opción de venta a un grupo americano, no está tan clara. 

Si finalmente se alcanza un acuerdo con el Grupo Orlegi, el desembarco en el Zaragoza no sería inmediato. La firma de un memorándum daría paso a una due diligence (una auditoría llevada a cabo por consultores externos) y el estudio y valoración de infraestructuras o plantilla, entre otros. En todo caso, desde el grupo americano se ha acometido ya un primer estudio económico de la situación de la entidad. 

Yarza y Forcén cuentan con una oferta de un fondo americano que sería sobre todo financiación y los dos bandos en el consejo siguen sin ponerse de acuerdo para una salida conjunta

El proceso, pues, llevaría meses, pero todo está supeditado a que el Real Zaragoza consiga, al menos, mantener la categoría, según fuentes conocedoras del proceso. Porque esa es otra condición indispensable para los mexicanos, que solo consideran viable el objetivo de reflotar al club desde la Segunda, pero nunca más abajo, donde no sería posible ni la sostenibilidad económica ni el éxito deportivo a través de la inversión en mejorar la plantilla que pretenden acometer. Se trataría de un proyecto a largo plazo en el que, de acuerdo a la trayectoria del grupo, se buscaría involucrar tanto a la masa social como a la ciudad y alrededores.

Los tiempos

Orlegi quiere el Zaragoza y está dispuesto a apostar fuerte. Al menos, eso se desprende de su propuesta. El club aragonés, por historia, prestigio y potencial, es el elegido por el grupo inversor, pero la oferta no durará para siempre y, si se demora la respuesta definitiva y el consiguiente acuerdo, Orlegi buscará otro club español. Aunque, de momento, ha decidido esperar al Real Zaragoza. 

Porque la expansión por Europa de la marca Orlegi Sport, una de las dos ramificaciones, junto a Orlegi Business (centrada en inmobiliaria, industria y agroindustria), del grupo empresarial mexicano, es una decisión tomada. Y que España sea el destino, también. Desde hace tiempo. El propósito consiste en acometer una gestión de bajos costes de producción para construir una estructura con mucho músculo.

La familia Alierta tendría otra opción más de compra y el club aseguró el 21 de enero que la entrada de capital y de una nueva propiedad se iba a llevar a cabo en los próximos días

Los empresarios mexicanos están convencidos, según fuentes próximas al proceso negociador, de que su modelo puede aplicarse a la perfección en España y también en el Real Zaragoza, inmerso en uno de los momentos más delicados de su historia bajo una crisis sin precedentes que parece destinada a un cambio de propiedad que se intuye cercano y sin más demoras en los próximos meses. El pasado 21 de enero, el club, a través de un comunicado publicado un día antes de la movilización convocada por la afición contra la directiva, aseguró que la venta estaba muy cercana.

La división

En todo caso, la división en el consejo, puesta de manifiesto en la última Junta General, impide por ahora un acuerdo global. El club, desde mayo pasado, estuvo pendiente de la llegada de Spain Football Capital, cuyo desembarco no fue posible por la falta de unas garantías económicas que ahora dicen tener, mientras que el fondo americano que encabezaba el consejero del Betis José María Gallego, que también negoció con la familia Alierta, tuvo la exclusividad hasta el 16 de enero, pero tampoco pudo llegar el acuerdo, aunque desde esa vía no se da el tema por zanjado.

Alierta controla el 50,56% del capital, el 49% a título personal y el 1,56% de Sainz de Varanda, mientras que Forcén, Iribarren y Yarza tienen cada uno un 13,46%. Hasta ahora, las ofertas tampoco han llegado a un acuerdo en el pago de esos porcentajes del capital social (6,3 millones) y la Fundación controla 5,8 de ellos, y todas tendrían que asumir los avales de los préstamos de la Fundación, en torno a 15 millones, 11 en Caixabank y 3,8 en un préstamo personal de Alierta convertible en acciones, al margen de la inversión para hacer más sostenible al club quitando la deuda más inmediata e inyectando capital para aumentar el límite salarial.