El Periódico de Aragón

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La opinión de Sergio Pérez

El 10% de Pep Biel y el altísimo precio pagado con la venta de canteranos

Pep Biel celebra un gol al Nástic de Tarragona con la camiseta del Real Zaragoza. CARLOS GIL-ROIG

Entre otras muchas cosas, el Real Zaragoza está pendiente estos días de un posible traspaso de Pep Biel, al que el Copenhague ha puesto en el mercado después de una temporada brillante, en la que ha hecho 18 goles y repartido 15 asistencias entre todas las competiciones, lo que le ha servido para ser nombrado mejor jugador de la Superliga de Dinamarca. Su equipo lo ha tasado entre cinco y siete millones de euros. Si la venta se consuma, el Real Zaragoza se embolsaría un 10% de la operación.

En su día, el club aragonés lo traspasó por cuatro, toda vez que no cobró el millón que supeditó a variables repartidas en dos partes de 500.000 euros. Ninguna se cumplió. La de Pep Biel fue una más de las transacciones que la SAD utilizó para sobrevivir buscando fuera el dinero que no había dentro. Por esa misma vía salieron de la entidad Diego Rico, Jesús Vallejo, Raúl Guti, Jorge Pombo o Alberto Soro. Al final cerca de 20 millones que permitieron a la entidad tirar para adelante desde el punto de vista financiero a cambio de realizar un sacrificio deportivo tremendo.

La consecuencia, al menos tangencialmente, ha sido que el Real Zaragoza ha pagado una penitencia grande. Económicamente ha sobrevivido, terrenalmente continúa en Segunda. ¿Qué hubiera sido del equipo con todos esos futbolistas juntos, y otros que han vestido la blanquilla estos años, en uno o varios proyectos continuados? Es una pregunta de política ficción, pero seguramente la respuesta sería muy grata y, sin duda, más rentable desde el punto de vista financiero que cualquiera de esas ventas.

La llegada del grupo de inversión que lidera Jorge Mas ha cambiado esa manera de hacer las cosas. De momento, Francho e Iván Azón ya han renovado. Solo queda pendiente Francés. El tiempo dirá si estos nuevos factores, que indudablemente apuntan en la dirección correcta, alteran también el resultado final.

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