No puso ni una excusa ni un paño caliente al tropiezo Cristian Álvarez, el mejor del Zaragoza en Anduva, donde salvó a su equipo de una derrota más abultada. El meta argentino derrochó sinceridad y sus palabras sonaron a reflexión profunda. “Nos vamos mal y tenemos una semana larga por delante en la que tenemos que apretarnos todos las tuercas y trabajar al máximo para el próximo partido volver a estar a la altura. Desde la humildad y la aceptación de que las cosas no las hemos hecho bien hay una semana para volver a animarnos y sentirnos equipo, parea tener la cabeza alta y animar al compañero”, aseveró tras el choque ante el Mirandés.

El arquero espera que esta derrota en Miranda marque un antes y un después, porque “hay que aprovechar este bajón para darnos impulso y en estos dos partidos en casa seguidos (Eibar y Oviedo) jugarlos con el alma y como si nos fuera la vida en ello”, añadió, recordando el viaje de más de medio millar de aficionados a tierras burgalesas para animar al equipo. “Estamos defendiendo un escudo y una ciudad que es muy grande, un sitio muy especial. Y nos vamos jodidos por no haberles dado una victoria a esos aficionados que son los que más se lo merecen. Pedirles disculpas, porque hacen un esfuerzo enorme por estar aquí, al traer a sus hijos, el tiempo estaba malo, con la lluvia y luego volverse a Zaragoza sin esa alegría que a nosotros nos corresponde dársela”.

"Nos vamos jodidos por no haberles dado una victoria a esos aficionados que son los que más se lo merecen. Pedirles disculpas, porque hacen un esfuerzo enorme por estar aquí"

Con todo, Cristian quiso lanzar un mensaje de optimismo y de confianza en el equipo: "Estábamos motivados, pero el partido no se dio como esperábamos. El mensaje es que sigamos todos creyendo, que sigamos ilusionados, porque hay equipo y hay proyecto y creo que las cosas van a ir hacia arriba. Realmente lo espero y vamos a trabajar todos para que eso suceda”.