El Real Zaragoza hizo oficial el viernes la renovación de Cristian Álvarez, anunciada entonces como en su día se hicieron públicas las de Francho Serrano, Iván Azón, Miguel Puche, Alejandro Francés y Sergio Bermejo. Sin embargo, en el pasado verano hubo dos jugadores que cambiaron de estatus en sus contratos, Gaizka Larrazabal y Carlos Vigaray. Los dos acababan su vínculo en junio de 2023 y los dos firmaron, dentro del trabajo de la entidad para liberar masa salarial, una ampliación de su contrato con una opción unilateral por parte del club para prorrogar el mismo hasta 2024. Por eso, aunque todo se firmó en verano, el club no lo hizo oficial como en las renovaciones antes mencionadas.
La entidad zaragocista tendrá que decidir antes de acabar la próxima temporada si ejecuta ambas y, si no lo hace, en buena lógica dado que esa ampliación se ha hecho en este verano para reducir salarios deberá indemnizar a los dos futbolistas, que en todo caso aceptaron esa medida con la posibilidad de ampliar un año más y que accedieron a esa necesidad de la entidad de rebajar sus emolumentos en esta temporada, ya que tanto Larra como Vigaray están en la parte alta de la masa salarial de la plantilla, con salarios que rondan o superan los 300.000 euros, ahora rebajados en esta temporada.
Larra, fichado en el verano de 2020 tras rescindir con el Athletic y de errática primera temporada, regresó en junio de su cesión al Amorebieta sabiendo que su gran papel en el club vasco y el hecho de que Carcedo lo tuviera bien considerado (lo quiso en 2021 para el Ibiza) le concedían muchas opciones de quedarse. Así sucedió y ha jugado en ocho de los nueve partidos de esta temporada, ya que no tuvo minutos en el estreno en Las Palmas y ante el Oviedo estrenó titularidad en el lateral derecho sentando a Fran Gámez, al que hasta el domingo había sustituido en varios partidos en ese puesto.
Vigaray está de baja por su lesión en la rodilla derecha, en el cartílago de esa articulación, desde el final de la temporada 20-21. Fue operado el 7 de septiembre de 2021 de esa dolencia y dos meses antes ya se había sometido a una artroscopia. El defensa madrileño, de 28 años, mantiene su lucha por volver al fútbol y le falta dar el paso de la competición, algo que en teoría debe suceder en las próximas semanas. Carcedo le citó ante el Eibar, también para darle un empujón anímico, pero le volvió a dejar fuera contra el Oviedo. Fichado en el verano de 2019 y de deslumbrante primera temporada, las lesiones le han lastrado en el Zaragoza, pero si está en condiciones es uno de los mejores laterales de Segunda.
Mientras, Fran Gámez, fichado hace un año tras dejar el Mallorca, tiene una cláusula por la que renueva de forma automática si disputa 55 partidos oficiales en el Real Zaragoza con más de 45 minutos cada uno. El curso pasado fue fijo para JIM y llegó a 36 en esa condición y le suma 9 este año, puesto que ante el Oviedo fue la primera suplencia pero al salir tras el descanso jugó más de ese tiempo. Si alcanza esa cifra, renovará en las mismas condiciones actuales.
Del resto de futbolistas que acaban en 2023, Vada tiene una opción por un año más unilateral para el argentino, que es el que debe decidir, Lluís López tiene dos más opcionales, aunque ahí la potestad es del club, lo mismo que sucede con el meta Rebollo, con tres más opcionales, y con Jair se han iniciado conversaciones para su renovación. En las cesiones de Makhtar Gueye, desde el KV Oostende, y de Gabi Fuentes, desde Junior de Barranquilla, hay opciones de compra, obligatoria en caso de subir con el ariete por tres millones de euros y opcional en el del lateral colombiano por 1,2 millones de dólares.
