El Periódico de Aragón

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La actualidad del Real Zaragoza

Superviviente Carcedo

El triunfo ante el Tenerife le da de nuevo crédito en una semana donde ponía en juego su continuidad y que ha empezado de la mejor manera para un entrenador que ahora tiene el reto de que el Zaragoza logre una identidad y una regularidad

Carcedo, pensativo en un partido en La Romaredaa contra el Sporting. Jaime Galindo.

No ha logrado Juan Carlos Carcedo que el Real Zaragoza tomara ni de lejos una regularidad en esta temporada, ni siquiera que fuera un bloque reconocible, con una identidad clara, pero el entrenador riojano sí ha conseguido que su equipo se levantara cuando más lo necesitaba, no solo por el grupo, sino también por él, cuando más estaba discutida su figura y en momentos más que delicados. Sucedió ante el Villarreal B, con aquella victoria sobre la bocina con el gol de Zapater cuando la continuidad del míster pendía de un fino hilo, y también en Tenerife, con un triunfo más convincente y sobrio, con un plan de marcado carácter defensivo con tres centrales, para que la semana que era decisiva para él se afronte con el crédito que da ese triunfo donde nunca nadie había ganado en esta Liga y el Zaragozano lo hacía desde 2009.

Necesita el técnico zaragocista que su equipo tome vuelo, enganchar una buena racha y disipar dudas. Solo así convencerá a La Romareda, que le ha señalado de forma clara en el empate ante el Oviedo y hasta en la victoria contra el Villarreal B. Caer en el Heliodoro no habría supuesto su cese, pero le habría dejado ya muy expuesto, con el despido llamando a su puertam y con un clima más que enrarecido antes del choque ante el Andorra en La Romareda. En este sentido, el parón liguero que hay por la Copa, escenario lógico de posibles cambios si se tienen que dar, aparecía como claro horizonte y ahora tras ese botín en el Heliodoro la semana con la visita del Andorra el martes y la difícil salida a Mendizorroza, al feudo del Alavés, el viernes se afronta con otra mirada.

Lugo y las primeras sombras

Carcedo ya logró tras la sonrojante derrota ante el Lugo y con las primeras sombras de sospecha sobre su idea y su plan que el Zaragoza se levantara en Ponferrada con un triunfo comandado por Giuliano y hasta le diera continuidad con otro ante el Sporting en un partido global muy completo, el que más del curso junto al de Tenerife. Su equipo tras aquellos seis puntos consecutivos involucionó, se llenó de apuestas y cambios de difícil explicación, perdió capacidad en ataque, de llegada, que no de gol, que siempre tuvo muy poco, y regresó a su imagen más gris, con penosos partidos en Miranda o en Santander y sin poder ganar en casa a un Eibar con nueve y al Oviedo tras marcar en el primer minuto. Semejante debilidad dejó expuesto a Carcedo ante el Villarreal B, con la grada señalando y Raúl Sanllehí siendo consciente de que no ganar aquel día hubiera sido un paso ineludible en forma de cese para el entrenador, a su apuesta personal para el banquillo tras la etapa de ambos en el Arsenal.

Aquella victoria, con el gol de Zapater después de un buen primer tiempo y de otro bajón del equipo para dejarse empatar y que el Villarreal B hasta viera de cerca la remontada, fue solo un salvavidas y por eso tras la derrota en Granada en otro ejemplo de ese espíritu de bloque irregular se volvió a poner a Carcedo cerca del cese en una semana vital. El triunfo en Tenerife, con una buena apuesta con tres centrales que solo se desajustó al principio, mostró un Zaragoza serio y convincente que anuló a su rival. Fueron algo más que tres puntos, aunque es obvio que al riojano aún le queda camino para convencer al zaragocismo, empezando por este martes ante el Andorra.

La situación de Torrecilla

Sin embargo, Carcedo respira más tranquilo y su Zaragoza pone más renta con el descenso en una semana que no solo se tornaba vital para él, también para Miguel Torrecilla, con una salida conjunta del director deportivo y del entrenador que estaba en la hoja de ruta. Lógicamente, la de Torrecilla no está tan ligada a los resultados y si el Zaragoza ha escudriñado ese mercado, con un tanteo que no llegará a nada con Rubén Reyes (Getafe) o con la posibilidad bien valorada de Juan Carlos Cordero (Tenerife), al que el club isleño no va a dejar salir y exigiría su cláusula de desenganche, entre otras vías, es porque tiene en mente un relevo en ese puesto del ejecutivo salmantino, renovado contra pronóstico por la nueva propiedad en junio por una temporada y discutido por la afición desde hace tiempo. Como contó este diario el miércoles, la salida de Torrecilla, que estuvo en el Heliodoro acompañando a Sanllehí, podía darse de forma inminente y esa opción sigue latente.

A dos meses del mercado de invierno, donde el Zaragoza busca ya seguro y como mínimo un extremo zurdo, el parón de la próxima semana para dirimir la Copa ante el Diocesano el domingo 13 tras jugar en Vitoria con el Alavés este viernes es un buen momento para plantear un giro, sea de entrenador y de director deportivo o de uno solo de ambos. Al menos, Carcedo ganó crédito en el Heliodoro y ratificó que es un superviviente.

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