La actualidad del Real Zaragoza

El mal de la inconsistencia recuperado en el Real Zaragoza

El equipo no ha sabido gestionar en las dos últimas jornadas golpear primero en el marcador y recupera un problema que lastró su primera vuelta

Los jugadores zaragocistas, tras el gol del empate del Albacete, de Carlos Isaac.

Los jugadores zaragocistas, tras el gol del empate del Albacete, de Carlos Isaac. / JAIME GALINDO

S. Valero

Los empates contra el Huesca en El Alcoraz y el Albacete en La Romareda, dos nuevas versiones de la gris faz del Real Zaragoza en esta segunda vuelta, han recuperado un mal que el equipo había enterrado en los últimos tiempos a la hora de saber administrar las pocas veces que se adelanta en el marcador un conjunto que se ha quedado sin marcar en 15 de las 33 jornadas disputadas hasta el momento, nueve con Carcedo y 6 con Escribá. La capacidad de conservar una renta cuando se tiene tan poca pegada es vital y el Zaragoza no lo ha sabido gestionar en estos dos últimos choques, lo mismo que le pasó en la primera vuelta ante el Lugo y el Leganés, para perder esos duelos, y el Burgos y el Oviedo, para empatarlos. 

Ante el Huesca en el derbi, el Zaragoza, tras un mal arranque, se encontró casi de manera seguida con la expulsión de Pulido y el gol de Bebé, pero la injusta roja de Zapater descolocó a los de Escribá y Obeng igualó antes del descanso para que en la segunda parte el cuadro azulgrana fuera superior al zaragocista. Con el Albacete y después de un primer acto donde el conjunto manchego tuvo más y sobre todo mejores ocasiones para marcar, Lluís López en un córner en el 53 puso en ventaja a los zaragocistas, que solo 12 minutos después se llevaron el golpe de Carlos Isaac y que sufrieron para mantener la renta en otra segunda parte de vuelo bajo para los de Escribá, que reconoció que fueron “poco inteligentes” tras hacer lo más difícil al adelantarse.

Esa poca capacidad para manejar la ventaja tuvo su primer ejemplo del curso ante el Lugo en la Romareda, en el sopapo que ya empezó a hacer temblar los cimientos del débil proyecto zaragocista en el pasado verano por más que los nuevos propietarios quisieran revestirlo de ambición. Giuliano adelantó al equipo antes del descanso y, después del intermedio, el conjunto gallego pudo golear y no lo hizo, aunque sí logró remontar con dos dianas de Chris Ramos, la última sobre la bocina. En Butarque, con el madrugador gol del argentino, fue Juan Muñoz el ejecutor de esa remontada.

Mientras, ante el Oviedo, Azón firmó un gol nada más arrancar que auguraba una gran tarde, pero solo hubo tablas con el de Montoro al comienzo del segundo acto y contra el Burgos también golpeó primero el Zaragoza con el tanto de Jair, después igualado por Gaspar para que la diana de Atienza en propia puerta antes del descuento dejara la victoria en bandeja, rota por la de Curro. Además, en dos ocasiones, en El Toralín con la Ponferradina y ante el Villarreal B en La Romareda, ambas con Carcedo, el Zaragoza no aprovechó su primer golpe, aunque se rehízo después de las tablas para acabar ganando, en el caso del filial groguet en el último suspiro

Esta segunda vuelta había enseñado un Zaragoza con muy poca capacidad para marcar antes del descanso, algo que solo hizo ante el Leganés, donde ahondó en la herida después con dos dianas más, y en Huesca, por lo que apenas había disfrutado de la posibilidad de anotar primero. También lo logró en Andorra, pero ya en el descuento del choque y sin espacio para la reacción del rival, y en la pasada jornada contra el Albacete al poco de comenzar el segundo acto. En el resto de duelos tras el ecuador de la competición, el equipo recibió primero la diana del rival y solo ante el Villarreal remontó para ganar tras recibir ese tanto.