La actualidad del Real Zaragoza

La revolución que viene en el Real Zaragoza

Juan Carlos Cordero acometerá este verano una gran reestructuración de la plantilla zaragocista con en torno a una docena de fichajes

Juan Carlos Cordero, en el palco de La Romareda en el choque ante el Granada con Mollejo y Vada detrás.

Juan Carlos Cordero, en el palco de La Romareda en el choque ante el Granada con Mollejo y Vada detrás. / JAIME GALINDO

S. Valero

El empate en Éibar y las victorias de Albacete y el Cartagena han confirmado como quimérico el playoff, después de que la amenaza del descenso se evaporara tras ganar al Granada y el Racing, por lo que las 5 últimas jornadas tienen el aspecto intrascendente que ya se venía dibujando. El Real Zaragoza dirimirá su undécimo curso seguido en la categoría de plata y será el segundo proyecto de la actual propiedad y el primero con Juan Carlos Cordero a los mandos, con el ascenso como objetivo obligatorio por muchos factores, también el económico y la nueva Romareda, y con una revolución en la plantilla que rondará la docena de fichajes, con las opciones de renovar las cesiones de Giuliano, Bebé o Mollejo.

Para ella, el Zaragoza contará con un límite superior al de este curso (10,1 millones) y que algunas fuentes sitúan entre los 13 y los 15 millones y con finales de contrato y cesiones que facilitarán ese cambio en el que Cordero lleva trabajando desde su desembarco en enero, sabiendo que la continuidad en Segunda era el escenario más probable, por no decir seguro, y que quiere una plantilla con más experiencia y sobre todo con más recursos ofensivos, ante el gol y en los carriles, con desborde y velocidad.

Un portero para competir con Cristian

El director deportivo tiene ante sí el mayor reto de su carrera. En Ciudad de Murcia, Granada o Cádiz estuvo bajo la tutela de Quique Pina y en el Tenerife ya voló solo, pero la necesidad histórica y la masa social de este Zaragoza aumentan el tamaño del objetivo para el que la apuesta en el banquillo ya está confirmada a todos los efectos en la continuidad de Fran Escribá, llegado en noviembre y que firmó por 2 años, sobre todo por el proyecto en el segundo.

En el eje llegarán refuerzos, hasta tres en función de lo que suceda con la renovación de Lluís López y la posible salida de Francés. En el lateral zurdo habrá seguro un fichaje para competir con Nieto y en la derecha esa llegada no es prioritaria

Con ese tándem a los mandos y la supervisión del director general, Raúl Sanllehí, y del grupo inversor, sinergias incluidas, el Zaragoza se apresta a un verano de cambios en su plantilla, empezando por la portería, donde el objetivo es fichar competencia real para Cristian, con el malaguista Rubén Yáñez como objetivo si hay descenso de ese equipo. Ratón acaba contrato y Rebollo es poco probable que siga de tercer portero. El club tiene sobre el onubense una opción para que se quede 3 años más.

En el lateral derecho, Vigaray acaba vínculo, como Larra, y no se ejecutarán las ampliaciones opcionales que aceptaron para reducir masa salarial. Regresa del Calahorra Ángel López, con pocas opciones de quedarse pese a haber jugado mucho, y está Marcos Luna además de Fran Gámez. No es una zona preferente de refuerzos, aunque no se descarten. Otra cosa es el otro carril, donde sobre Fuentes no se ejecutará la opción y se busca lateral zurdo que compita con Nieto. Tasende (Villarreal B) es una quimera deseada y Pablo Pérez (Sevilla Atlético), un objetivo realista.

En el eje tan segura es la continuidad de Jair, recién renovado, como la salida de Jairo Quinteros, al que le queda un año y cobra poco más del mínimo de Segunda. A Lluís López se le ofrece seguir cobrando su actual ficha y sin el considerable aumento de sus 2 años opcionales y con Francés la posibilidad de una salida mediante un traspaso está más que abierta. Así, todo apunta a que llegarán dos centrales, sin descartar que al final sean tres.

Eugeni, Vada, con un año opcional a su favor, Manu Molina y Alarcón, cedido por el Cádiz, apuntan a no seguir y regresa Marc Aguado desde el Andorra. Zapater tiene en su mano decidir su futuro y si sigue un año más y llegarían dos centrocampistas

En el medio solo Francho Serrano y Jaume Grau tienen plaza fija. Con Alarcón no hay opción en su cesión del Cádiz y su gris nivel no despeja el panorama para plantear una continuidad. El protagonismo escaso de Eugeni y Manu Molina, que ya quiso salir en enero, les abre la puerta de forma inequívoca, aunque a ambos les reste un año, mientras que Vada tiene una ampliación a su favor que decidirá al final de curso tras hablar con el club. Todo apunta a que no seguirá porque además va a tener ofertas y ya ha rechazado algunas. 

Con Zapater la decisión es del ejeano, que acaba contrato y que cumplirá 38 años en junio. Es importante para el club y para Escribá y ha aportado en el césped cuando ha jugado, pero la sensación va más encaminada a que puede ser el momento de su adiós, aunque la decisión no esté tomada. Así, con el retorno de Marc Aguado de su cesión del Andorra ya comunicado, llegarían dos centrocampistas, teniendo en cuenta que tampoco James Igbekeme se quedará en su vuelta del Wisla Cracovia, que si sube a la Primera polaca podría intentar ese fichaje con un contrato de larga duración.

Prorrogar las cesiones de Bebé y Giuliano no es sencillo y más opciones hay con la de Mollejo. Se buscan extremos, al menos dos, y un ariete como mínimo. El grupo inversor se ocupará de Gueye y Sabin Mernino volverá para irse

En los extremos habrá cambios y fichajes. Bermejo seguirá y el sueño es que lo haga Bebé, cedido por el Rayo. Puche tiene contrato hasta 2025 y se puede dar una posible cesión tras haber aportado en este curso. También está en la mesa la continuidad de Mollejo, que depende del Atlético y que es factible si no va a Primera. 

Mucho más complicado es que siga Giuliano Simeone, por mucho que se hablara ya a su llegada de ese segundo año. Va a tener posibilidades en la élite tras su buena temporada y decidirá el Atlético, más partidario de que dé el salto. Azón será referencia arriba y se espera que sin el fantasma de las lesiones y con Gueye el grupo inversor se verá obligado a buscarle un acomodo por más que en la ingeniería de su cesión se estableciera un segundo año de préstamo en el Zaragoza, que estaba obligado a comprarlo si se subía. Así, al menos llegará un delantero. Sabin Merino regresa del San Luis y desprenderse de su alta ficha es otro problema de Cordero que deberá solucionar y Baselga y Carbonell lo hacen de sus cesiones al Calahorra y al Teruel, ambas con muchos minutos, aunque con el primero lo normal es que se busque una rescisión del año que le resta y con Carbonell otro préstamo, ya que acaba en 2026.