La opinión de Sergio Pérez

El retorno de Marc Aguado y la lección para muchos canteranos

Al entrenador del Andorra le gusta tanto Aguado que, recientemente, le aventuró un futuro en la selección española. El jugador no debe mirar tan allá. Primero andar, después correr. Se ha ganado a pulso una oportunidad increíble: triunfar en el Real Zaragoza tras una lección de sacrificio y superación

Marc Aguado piensa un pase en un partido contra el Albacete esta temporada.

Marc Aguado piensa un pase en un partido contra el Albacete esta temporada. / LALIGA

Sergio Pérez

Sergio Pérez

De entre los muchos mensajes en blanco y azul que Alberto Zapater lanzó antes de darse un inolvidable baño de masas en La Romareda, hubo uno con un fondo didáctico sobre los jugadores de la cantera que en edades tempranas, cegados por la luz de la inmediatez y sin la perspectiva más adecuada, deciden salir fuera de su entorno en busca de un sueño que, sin darse cuenta, quizá tengan al alcance de la mano en casa. “Hay muchos niños que se van y no se dan cuenta de que tienen aquí una oportunidad increíble para llegar al primer equipo”.

La frase del capitán está cargada de verdad. Por el contexto histórico y por la situación coyuntural que atraviesa el Real Zaragoza, pocas veces el tránsito entre la Ciudad Deportiva y el primer equipo ha sido tan fluido. Durante esta etapa en Segunda ha habido muchos ejemplos de futbolistas de la casa que han tirado abajo la puerta de La Romareda de manera directa: Vallejo, Guti, Soro, Pombo, Nieto, Francés, Francho o Azón, por ejemplo.

De un modo o de otro, todos aprovecharon el momento que la vida les puso delante para, desde el Zaragoza, impulsar sus carreras, aquí o allí. Con ellos no existieron las dudas que hubo con Marc Aguado, que a sus 23 años regresará al equipo después de tres temporadas de cesiones consecutivas en el Andorra, con el que jugó en Segunda B, ascendió desde la Primera Federación y ha brillado con luz propia en el Andorra en Segunda.

Aguado regresará como un gran futbolista, con el billete de vuelta ganado partido a partido, por el valor que ha alcanzado su fútbol y tras espantar recelos. Toda una lección de sacrificio y superación. El canterano ha encontrado en Andorra la plaza y la tutela perfectas: Eder Sarabia ha convertido a Marc en un pivote magnífico, un jugador capital en su modelo, vital en el inicio de la jugada, tácticamente muy rico, con mando para ordenar, de toque sencillo y capaz de limpiar el fútbol desde el inicio. Un mediocentro extraordinario en un equipo estupendo con una querencia absoluta por la posesión.

A Sarabia le gusta tanto Aguado que, recientemente, le aventuró un futuro en la selección española si encuentra el contexto adecuado para seguir creciendo. Por un sendero más tortuoso que el de Francés, Francho o Azón, Marc también dará el salto a La Romareda, aunque con tres años de dilación. Su nivel ha sido alto este año. No debe mirar tan allá como hizo el que ha sido su técnico ni correr antes de andar. Está ante una oportunidad increíble: triunfar en el Real Zaragoza, como lo ha hecho en Andorra, y ayudar a hacer posible lo que durante tanto tiempo ha sido imposible.