Puado, el 'Pichichi' conocido

A Javi Puado le cambió la vida su cesión en el Real Zaragoza, un préstamo materializado en noviembre de 2019 por la baja médica de Dwamena y después de que al club se le cayeran otras opciones de un 9 puro --el brasileño Jonathas y Darío Poveda, en concreto--. Lalo Arantegui, que ya había tenido el nombre de Puado en la mesa en verano, aunque se apostó al final por otros jugadores ofensivos como Kagawa o Álex Blanco, dejó el fichaje de otra referencia para enero, cuando arribó André Almeida, del Oporto, y recurrió al polivalente atacante del Espanyol, que llegó cedido y asumiendo toda la ficha el club aragonés, para encajar a la perfección en el equipo que se quedó sin ascenso tras la pandemia.

Un giro con escaso margen

Víctor conocía al jugador porque lo había querido fichar para el Real Madrid cuando estaba de responsable de esa cantera (fichó al final a Campuzano) y Puado fue la pieza que engranó el ataque zaragocista, adelantando a Luis Suárez como referencia y aprovechando la capacidad del punta barcelonés para asociarse, además de su llegada, ya que anotó 5 dianas, 4 de ellas en Liga. El Zaragoza sacó partido del talento de un futbolista que puede jugar como segundo delantero, caído en banda y hasta como referencia, como ha hecho ya en no pocas ocasiones y hasta soñó con su fichaje si se daba el ascenso a Primera, aunque el Espanyol, que acabó bajando, no hubiera puesto las cosas fáciles, porque todavía más en Segunda iba a contar con el ariete.

El Zaragoza no subió, Puado se perdió el playoff ante el Elche por un covid eterno y en una baja que fue más decisiva que la de Luis Suárez y el delantero regresó al Espanyol, donde su protagonismo no ha dejado de crecer en estos años. En la 20-21 anotó 13 goles, 12 de ellos en Liga, para lograr un ascenso rubricado precisamente en La Romareda y su presencia en la fase final de la Eurocopa sub-21 en Hungría y Eslovenia, además de su debut en la absoluta ante Lituania. «Es el novio ideal para la hija de cualquiera», decía entonces Vicente Moreno, su entrenador en el conjunto catalán.

Un gol cada 118 minutos

Renovado hasta 2025, con 67 partidos en dos temporadas (21-23) y 11 goles en la élite, Puado volvió a vivir desde el verano el regreso a Segunda, al no llegar ninguna oferta que convenciera al Espanyol, y en la categoría de plata y como capitán es un jugador más que diferencial, con 9 goles para ser el Pichichi de la Liga, a los que suma el anotado para sentenciar el pase ante el Valladolid en Copa el martes (marca cada 118 minutos). Un esguince en el tobillo ante el Huesca a mediados de noviembre le tuvo dos semanas de baja, pero de regreso Ramis le mantiene como indiscutible y estará ante el que fue su equipo y con el que rozó el ascenso.