Real Zaragoza

El Real Zaragoza reacciona

Víctor consigue que el equipo no caiga rendido ante el primer golpe y dota de capacidad de respuesta a una escuadra que en los cuatro últimos partidos no ha tardado más de un cuarto de hora en anotar después de haber encajado un tanto

Eso sí, solo en uno de los seis encuentros con el técnico aragonés ha marcado primero

Los jugadores zaragocistas agradecen el apoyo de la afición al término del encuentro disputado el sábado en El Alcoraz.

Los jugadores zaragocistas agradecen el apoyo de la afición al término del encuentro disputado el sábado en El Alcoraz. / JAIME GALINDO

Jorge Oto

Jorge Oto

El Real Zaragoza reacciona. Está vivo. Responde. Quedó claro el sábado en Huesca, donde el equipo de Víctor Fernández volvió a exhibir una capacidad de reacción prácticamente inexistente antes de la llegada del técnico aragonés. Un golpe del adversario solía ser suficiente para provocar un daño irreparable a un conjunto blanquillo abonado a la derrota cuando el rival le obligaba a tirar de remolque. Ahora, eso ha cambiado. El contrario (eso no cambia) sigue siendo el primero en golpear, pero las consecuencias han dejado de ser las mismas. Ni el dolor es tan agudo ni las heridas revisten de tanta gravedad.

De hecho, el Zaragoza de Víctor ha tardado apenas un cuarto de hora en responder a un revés cada vez que ha sufrido uno, algo que ha sucedido, por cierto, en los cuatro últimos partidos. Solo en el estreno de Víctor (ante el Espanyol en La Romareda), el cuadro aragonés no se rehizo tras el tanto inicial de Puado para acabar sucumbiendo por la mínima. Entonces, como había pasado antes, encajar primero había sido letal para los aragoneses.

Pero todo cambió después. Tras el empate sin goles en Anduva frente al Mirandés, el Zaragoza ha conseguido revertir la tendencia y responder ante los mamporros recibidos. Lo hizo contra el Tenerife en el único partido de los seis dirigidos por Víctor en que el Zaragoza fue capaz de dar primero. Fue a través de Francés en los primeros compases del choque, aunque el exzaragocista Ángel devolvió las tablas al marcador en el minuto 37 para que los fantasmas regresaran a La Romareda. Pero Azón quitó el miedo al culminar con un gran golpeo una rápida transición gestionada por Toni Moya. Apenas habían pasado ocho minutos desde el empate y el Zaragoza respondía con autoridad. Algo parecía estar cambiando. Apenas reanudado el choque tras el descanso, Maikel Mesa corroboraba el cambio de patrón para aumentar la renta y encarrilar un triunfo vital.

Apenas 15 minutos tardaría Moya, una semana después, en traducir en gol la capacidad de respuesta del Zaragoza al gol inicial de Brugué en Valencia ante el Levante. El tanto recompensaba la reacción blanquilla, aunque un lanzamiento lejano de Dela al final del encuentro dejaba sin puntos a un cuadro aragonés mejorado.

Más madera

También el Elche se adelantó en el marcador la jornada siguiente y también entonces el Zaragoza respondió con celeridad. Gaspar hizo diana en el 53 pero Azón, paradigma de entrega y enemigo acérrimo de la rendición, rescató a los suyos ocho minutos más tarde para volver a igualar la contienda. El marcador ya no se movería.

Y volvió a pasar en el derbi. Cuando peor estaban las cosas, el Zaragoza sacó a relucir el orgullo para no someterse y seguir remando. Lo hizo, de nuevo, con un canterano al rescate. Azón lo había hecho dos veces anteriormente y en esta ocasión fue Liso, un juvenil de 19 años recién llegado, el que lideró la reacción zaragocista para empatar, apenas un cuarto de hora después, el tanto marcado por Loureiro con el que el cuadro altoaragonés se había adelantado en el luminoso. 

Está claro, pues, que el Zaragoza ha cambiado. Reacciona a tiempo, responde con gallardía y no se rinde a la mínima para dejar claro que el rival tendrá que sudar tinta si quiere derrotarlo. Eso sí, la asignatura pendiente sigue siendo dar primero, algo que solo ha sucedido una vez desde que llegó Víctor, obligado a nadar casi siempre contra corriente. 

Pero esto ya es otra cosa. De hecho, el Zaragoza acabó en El Alcoraz con una nefasta racha de quince meses sin remontar un marcador adverso, algo que no sucedía desde enero de 2023, cuando ganó 2-3 en La Cerámica ante el Villarreal. En Huesca, Liso y Mesa obraron el milagro para confirmar que este Zaragoza es más duro. Y no se viene abajo tan fácilmente.