Golazo de Víctor

«Hay muchas jugadas que se convierten en intrascendentes porque nos falta ese punto de tranquilidad o de precisión en el último pase o ese acierto en la toma de decisiones. En el momento que logremos mejorar eso, que es lo más difícil en el fútbol, seremos un equipo más peligroso, pero mientras no encontremos ese punto de mejora, nos va a tocar sufrir mucho». Hace justo un mes, Víctor Fernández reconocía en público que la falta de gol del Real Zaragoza suponía un lastre demasiado pesado para salir a flote. Tras el empate sin goles en Anduva frente al Mirandés, el equipo aragonés sumaba su quinto encuentro consecutivo sin marcar para certificar, un año más, la enorme dificultad para hacer gol que viene sufriendo en las últimas temporadas. Pero, desde entonces, la cosa ha ido a mejor. Víctor lo está consiguiendo.

Y es que, tras hacer diana en las cuatro últimas jornadas, el Zaragoza parece haber dejado atrás aquella manifiesta inoperancia que le abocó a la intrascendencia primero y el sufrimiento después. Siete goles ha conseguido el equipo aragonés en este tramo del curso. Tres le hizo al Tenerife (3-1) en La Romareda antes de marcar uno en Valencia al Levante (2-1) y otro en casa frente al Elche (1-1). El sábado, el Huesca se llevó dos (1-2) para confirmar la notable mejoría zaragocista en el apartado realizador.

Los pilares de la tierra

El segundo más goleador

De hecho, solo el Eibar, inmerso de lleno en la pelea por el ascenso a Primera División, ha logrado más goles (10) que un Zaragoza al que Víctor ha devuelto una eficacia que le hace superar ya aquella media de un tanto por encuentro insuperable para Escribá y Velázquez. Esos mismos siete goles (el equipo se quedó a cero en los dos primeros duelos dirigidos por el técnico zaragozano ante Espanyol y Mirandés) anotados desde el último relevo en el banquillo suponen la sexta mejor cifra de la categoría en este tramo, solo inferior a los 13 conseguidos por el Eibar, los 10 del Amorebieta, los 9 de Sporting y Valladolid y los 8 del Elche.

Con Escribá al mando, el conjunto blanquillo apenas fue capaz de anotar 16 goles en otros tantos encuentros, mientras que el caudal realizador fue aún menor con Velázquez, que apenas pudo celebrar 12 dianas en 14 choques. Con él en el banquillo, el Zaragoza fue incapaz de perforar el marco contrario en seis de los 14 encuentros.

Azón y Mesa, con dos tantos cada uno, están siendo las principales referencias ofensivas del cuadro aragonés en las últimas jornadas. El canterano, autor de uno de los tres goles al Tenerife y del empate frente al Elche, es el delantero titular para Víctor, que se ha visto obligado a claudicar en su intento de recuperar para la causa a Sinan Bakis, el gran fichaje del pasado verano y la piedra angular sobre la que debía girar el entramado ofensivo del equipo. Sin embargo, este lunes se cumplió un año desde su último gol (uno de los cuatro con los que el Andorra goleó a domicilio a la Ponferradina la pasada campaña). Ha disputado más de 1.100 minutos con la elástica zaragocista pero todavía no ha sido capaz de estrenar su cuenta anotadora.

Otros dos de los siete goles marcados por el Zaragoza de Víctor también han sido obra de canteranos (Francés al Tenerife y Liso al Huesca). El restante tuvo como protagonista a Moya en el Ciutat de Valencia ante el Levante.

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