Real Zaragoza

Los pilares de la tierra

La cantera vuelve a salir al rescate de un Zaragoza amparado de nuevo en los jugadores de casa para sobrevivir

Ausente Francho por lesión, Liso se une a una columna vertebral integrada por Francés, Marc y Azón

Marc Aguado y Azón acuden a celebrar junto a Liso el tanto con el que el juvenil empataba el gol inicial del Huesca en El Alcoraz.

Marc Aguado y Azón acuden a celebrar junto a Liso el tanto con el que el juvenil empataba el gol inicial del Huesca en El Alcoraz. / JAIME GALINDO

Jorge Oto

Jorge Oto

Desde aquella temporada 2020-2021, en la que el Real Zaragoza salvó la vida de milagro tras una caída en barrena que le causó heridas graves que amenazaron seriamente su existencia, la historia se viene repitiendo de forma macabra abocando al equipo aragonés a un drama continuo al borde de una tragedia evitada finalmente por los mismos héroes de siempre: los canteranos.

La irrupción de Francés, Francho y Azón fue clave para salvar al Zaragoza del descenso en aquella 20-21 marcada por la convulsión y el caos. Apenas habían alcanzado la mayoría de edad, pero su aportación y la llegada de JIM a un banquillo que antes habían ocupado Rubén Baraja e Iván Martínez, fueron determinante para rescatar a un equipo que se marchaba de cabeza a Primera RFEF. 32 partidos jugó Francho, dos más que Azón (autor de tres goles) y cuatro más que Francés, pero todos ellos tomaron de la mano a un Zaragoza al que consiguieron llevar sano y salvo a la orilla.

La historia se repitió un año más tarde. Francho, Francés y Azón fueron, de nuevo, protagonistas principales y la columna vertebral de un Zaragoza que, con JIM al mando, no sufrió en exceso, sobre todo, gracias a la aportación de esos tres canteranos, esenciales para evitar males mayores. El Zaragoza acabó décimo con 56 puntos a 12 del playoff (la campaña anterior había sido 15º con 50 puntos y a 17 del sexto). 

No cambiaron las cosas en la 22-23, en la que la cantera volvió a sacar a flote una nave a la deriva, si bien las importantes lesiones de Francés y Azón redujeron su presencia en un primer equipo en el que Francho seguía siendo capital y con la aportación desde debajo de Luna o Pau Sans.

Pero ha sido ahora cuando la Ciudad Deportiva ha emergido con más fuerza. Los futbolistas de la casa siguen conformando una columna vertebral integrada por Francés (el más indiscutible en defensa y, seguramente, el mejor zaragocista del curso), y en la que se han asentado Marc Aguado (esencial en los últimos encuentros y el cuarto jugador de la plantilla con más minutos) en la sala de máquinas y Azón, que ha marcado en dos de los cuatro últimos partidos, en vanguardia. Sobre ellos ha diseñado Víctor Fernández el nuevo patrón de un Zaragoza en el que los canteranos son, más que nunca, los pilares de la tierra.

La irrupción de Liso

A ellos resulta obligado añadir a Adrián Liso, la última irrupción desde abajo. «¿Pero de dónde ha salido ese tío?», preguntó Víctor cuando vio las maniobras del juvenil en el primer entrenamiento del técnico en su cuarta etapa en la entidad. El extremo, que ha jugado en los seis encuentros dirigidos por el entrenador aragonés, fue titular en Huesca por segunda vez tras su estreno en el once en Anduva contra el Mirandés (0-0) y fue clave en la victoria de un Zaragoza al que rescató al borde del abismo. A sus 19 años, el canterano, que acaba de renovar hasta 2027, fue el mejor.

Es cuestión de identidad. De compromiso. De fidelidad. De arraigo. La cantera continúa otorgando valiosos réditos a un equipo de nuevo refugiado en sus jugadores locales para seguir vivo. Ahora, Liso recoge el testigo de los que son sus compañeros en un primer equipo que el sábado formó de inicio con cuatro aragoneses (Francés, Marc, Liso y Azón) y en el que también han tenido protagonismo durante la temporada Borge, Guti, Nieto o Francho (jugadores del primer equipo) y que ha contado, en partidos, entrenamientos o en convocatorias. con la aportación desde el filial (clasificado ya para el playoff de ascenso a Primera RFEF) o el juvenil de Pau Sans, Cuenca, Acín, Calavia, Vaquero, Cortés, Juan Sebastián,, Luna, Terrer, Aragüés o Barrachina. Muchos de ellos son habituales en los entrenamientos con los mayores. El futuro parece garantizado, pero para ello es obligado salvar ahora el pellejo. En ello están. Otra vez

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