La actualidad del Real Zaragoza

La pizarra de Natxo González. Corazón... y punto

El Real Zaragoza hizo un primer tiempo inteligente, aunque eché de menos un poco más de pausa en su juego de ataque porque la verticalidad constante conlleva mucho desgaste.

El segundo tiempo comenzó con minutos en los que se vio desbordado tanto a nivel colectivo como individual y rescató un punto muy valioso a base de desorden y corazón

Sergi Enrich, tras marcar el gol que suponía el empate del Zaragoza.

Sergi Enrich, tras marcar el gol que suponía el empate del Zaragoza. / JAIME GALINDO

Natxo González

Al igual que en semanas anteriores, el Real Zaragoza saltó al césped sabiendo los resultados de sus rivales directos por la permanencia. En esta jornada a diferencia de las dos últimas, comenzó el partido contra las cuerdas debido a la victoria del Amorebieta que se acercó a dos puntos. En cualquier caso, una vez más, era conocedor de que, sumando los tres puntos, la permanencia quedaba asegurada.

Víctor Fernández cambió la estructura con respecto a jornadas anteriores. Inició con Cristian en la portería, línea de cuatro con Gámez-Francés-Jair-Zedadka, triángulo en medio campo con Grau-Lucas Terrer-Mesa, dos extremos Mollejo-Liso, con Azón como referencia en punta. Seguro que antes de salir al césped, uno de los objetivos claros era empezar fuertes para intentar ponerse por delante en el marcador. A los tres minutos, en una transición, consiguió ese propósito por medio de Liso después de un centro de Gámez y una prolongación de Azón. A partir de ese momento, expectante por ver cómo el Real Zaragoza gestionaba ese resultado.

Defensivamente con el balón en juego, optó por un bloque medio-bajo. Azón en inferioridad (2x1), intentaba obstaculizar la salida de los centrales y en el mediocampo se emparejaban produciéndose una situación de 3x3. A pesar de tener algún desajuste cuando los centrales dividían (especialmente Clemente) y generaban superioridades dentro, esta zona fue consistente. Por fuera los extremos siempre sacrificados con los laterales rivales y la línea defensiva correcta.

El Racing de Ferrol ejecutó varias acciones a balón parado (ocho saques de esquina), pero no dispuso de ocasiones claras excepto 2/3 tiros. En ataque siguió apostando por la verticalidad tras recuperación. En mi opinión después del gol, el Real Zaragoza hizo un primer tiempo inteligente. Quizás eché de menos un poco más de pausa en su juego de ataque porque la verticalidad constante conlleva mucho desgaste.

El segundo tiempo comenzó como el primero. Pero esta vez con dos goles del Racing de Ferrol en menos de un cuarto de hora. Sorprendentemente, fueron minutos en los que el Real Zaragoza se vio desbordado tanto a nivel colectivo como individual. Los cambios con la entrada de Enrich, Valera y Vaquero, además del empuje (maravilloso) de la Romareda, dotaron al equipo de frescura y empuje. El Zaragoza durante los últimos 20-25 minutos, a base de desorden y corazón, metió al rival en su área hasta encontrar el gol. En artículos anteriores hablaba de la importancia de cuidar el corazón para estos partidos finales. Porque ese corazón maño rescató un punto muy valioso