No va más para la SD Huesca. Todo lo que no sea vencer este domingo en tierras madrileñas ante el Alcorcón (18.15) será despedirse del sueño de engancharse a la pelea por la promoción, ilusión que solo los más optimistas conservan. El colista, un equipo prácticamente desahuciado y con casi los dos pies ya en 1ª RFEF , parece el rival ideal para que la esperanza continúe una semana más, pero desde la ciudad altoaragonesa se ha hecho toda la semana un ejercicio de precaución aludiendo al riesgo de saltar al césped relajados.

«No pensemos que por jugar contra los últimos va a ser un paseo», avisó Xisco en la previa, añadiendo la gran «dificultad y exigencia» que para el técnico plantea el duelo de esta tarde. El entrenador ha vivido su semana más complicada desde que aterrizó en el banquillo oscense. «La gente juzga por los resultados y lo entiendo, pero creo que estamos trabajando bien», valoró. Buscando un golpe de efecto, para el asalto a Santo Domingo, el balear prepara cambios. Parecía haber encontrado un once tipo, pero la derrota frente al Ibiza y el empate, y gracias, ante Las Palmas le obligan a mover el avispero en busca de una reacción. Incluso podría modificar el hasta ahora el inamovible esquema de tres centrales y dos carrileros. Por ello, el once que pueda saltar al campo es una completa incógnita. Los oscenses han viajado con toda la plantilla aunque Ratiu, Poveda y Pulido serán duda hasta última hora debido a las molestias que han arrastrado durante toda la semana

Jueguen los que jueguen, lo que sí que parece que han decidido los oscenses es salir a buscar los partidos. «Debemos liberarnos y disfrutar», dijo Xisco, deseoso de que el equipo recupere su mejor versión para vivir con cierta emoción el tramo final de curso.

 El farolillo rojo

Por parte del Alcorcón, los números hablan por sí solos. Es último con 14 puntos, a 21 de la salvación. El equipo menos goleador y más goleado de la categoría. Solo ha ganado dos partidos en 30 encuentros y no lo hace desde el 10 de octubre del año pasado. Cifras incompatibles con ningún tipo de aspiración. Eso sí, por contra, los madrileños están mostrando casta y no se están dejando llevar. Compiten y dan la cara en la mayoría de sus partidos, pero les da para lo que les da. Este es el equipo que tendrá hoy enfrente un Huesca obligado a llevarse los tres puntos. Todo lo que no sea un triunfo será una decepción y quizá el punto de inflexión definitivo para olvidarse de sueños, asegurar la permanencia y pensar en el año que viene.